Por Juan Pablo Ojeda
En la última vuelta de tuerca en el siempre movido mundo de la política mexicana, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha decidido mantenerse al margen de un conflicto interno del Partido Acción Nacional (PAN). En una de sus habituales conferencias matutinas en Palacio Nacional, López Obrador se mostró indiferente ante la expulsión de Miguel Ángel Yunes Márquez y su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, de las filas del blanquiazul.
El mandatario dejó claro que no tenía intención de involucrarse en las disputas internas del PAN ni en las controversias que rodean al presidente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas. Según López Obrador, estos asuntos deben resolverse dentro de los partidos y organismos correspondientes. “Eso (lo del Clan Yunes y el PAN) es un asunto interno del partido. En el caso del PRI, es un tema para el Consejo del INE y del Tribunal Electoral”, afirmó con una mezcla de desdén y resignación.
El tema de las expulsiones dentro del PAN no es menor. La decisión del partido de excluir a los Yunes y a la diputada local de Oaxaca, Natividad Díaz, responde a su apoyo reciente a una controvertida reforma al Poder Judicial. Yunes Márquez, senador por el PAN, fue clave en la aprobación de dicha reforma, al sumarse al bloque de Morena–PT–PVEM que necesitaba una mayoría calificada para pasar la legislación. Esta reforma, que ha generado muchas opiniones encontradas, ha puesto a los Yunes en la mira del partido que una vez los acogió.
Mientras tanto, López Obrador aprovechó para lanzar un agradecimiento inesperado a sus opositores. En un tono casi paternalista, el presidente expresó su gratitud por la “buena conducta” de sus adversarios durante su administración. “Ojalá y no lo tomen a mal, pero se han portado muy bien nuestros opositores. Me voy a quedar con las ganas de entregarles un reconocimiento”, comentó con una sonrisa. Este gesto puede interpretarse como una mezcla de ironía y diplomacia, dando un toque ligero a la tensa atmósfera política.
La situación refleja cómo la política mexicana está llena de intrincados juegos de poder y cómo las decisiones internas de los partidos pueden tener repercusiones importantes en el panorama general. Los Yunes ahora están fuera del PAN, y la reforma al Poder Judicial sigue siendo un tema de debate intenso, mientras que López Obrador sigue navegando por las aguas turbulentas del poder con una actitud enigmática. ¿Qué seguirá para estos actores en el escenario político? Solo el tiempo lo dirá.