Por Javier Macias
El presidente Andrés Manuel López Obrador cree haber encontrado una fórmula para burlar al árbitro, a fin de incidir en el proceso electoral adelantado. Creó la sección “No lo digo yo”, a difundirse en las conferencias mañaneras, que tiene como propósito dar a conocer “lo que ocultan” los medios de comunicación convencionales. Se trata de exhibir, en ese espacio, noticias o personas públicas, pero sin que él opine al respecto.
Su idea puede que lo libre a él de nuevas medidas cautelares que impone el INE, pero no tendrán la misma suerte los titulares de la Coordinación de Comunicación Social, la Dirección General de Comunicación y Estrategia Digital y de la Dirección de CEPROPIE, entre otros funcionarios. La nueva sección viola, presumiblemente, las leyes electorales.
La semana pasada, la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE) ordenó al mandatario se abstenga, bajo cualquier modalidad o formato, de realizar manifestaciones, emitir comentarios, opiniones o señalamientos sobre temas electorales, ya sea de forma positiva o negativa, cuidando que su actuar se encuentre ajustado a los principios constitucionales de imparcialidad y neutralidad. Esas mismas medidas cautelares se las impusieron a funcionarios de Presidencia de la República.
A partir de ello, López Obrador buscó, según él, algo innovador para no manifestarse u opinar sobre el proceso electoral y de los aspirantes del Frente Amplio por México. “Hay muchas cosas que la radio, la televisión y los periódicos no difunden, porque no les conviene. Entonces, si se pone aquí (en la conferencia mañanera) se entera la gente”, expuso.
Dijo que “no hace falta que nosotros hagamos la crítica o que se haga un editorial, nada más con informar, con eso, porque hay un silencio cómplice en la mayoría de los medios de manipulación, que no de información, con honrosas excepciones”.
En la primera emisión de “No lo digo yo”, exhibió a Vicente Fox, quien en una reciente entrevista hace referencia a la pérdida de su pensión como expresidente y asegura que, de ganar la oposición, en 2024, buscarán eliminar los programas sociales. “Ya se acabó que se estén recibiendo programas sociales, a trabajar cabrones, como dice Xóchitl”, externó el panista. A ello, López Obrador sólo comentó: “INE, IFE, ya me di por notificado, no voy a decirlo yo”.
El mandatario tiene toda la razón, no lo dice él, pero la motivación es incidir en el proceso electoral adelantado y exhibir a los aspirantes de la oposición, en este caso a Xóchitl Gálvez.
La probable violación a la normativa electoral consistiría en realizar y reproducir en medios de comunicación y en redes sociales oficiales frases, manifestaciones y pronunciamientos que, presuntamente, hacen referencia a los aspirantes y al frente opositor, con lo que violarían los principios de neutralidad y equidad en la contienda.
Aun cuando no lo diga el presidente López Obrador (por lo que podría librar posibles medidas cautelares) las declaraciones y opiniones que difundirán podrían incidir en el ánimo de la ciudadanía, de cara al Proceso Electoral Federal próximo a iniciarse. Al albergarlos en las plataformas y redes sociales, los videos están disponibles a la población, de manera permanente. De ahí que los funcionarios de Presidencia de la República podrían recibir medidas cautelares a cargo de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE.
Chiapas, la batalla que ya llegó
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Eduardo Ramírez, denunció campañas de desprestigio en su contra, con recursos públicos, en YouTube, Facebook y TikTok y otras redes sociales.
El legislador explico que sus adversarios políticos están preocupados, debido a su clara definición por el proyecto de la cuarta transformación y porque encabeza las preferencias y las simpatías en Chiapas, sin pegar espectaculares y sin pintar bardas. “Hay quienes se sienten amenazados por este crecimiento. Sé de dónde vienen estos ataques, sé quiénes son y sé de dónde salen los recursos que utilizan para desprestigiar nuestro movimiento y nuestro proyecto”, señaló.
A pesar de los ataques y a identificar a sus detractores, el senador chiapaneco pidió ir al proceso que está por iniciar, con propuestas y, sobre todo, con respeto.
Lejos de atender su llamado a realizar una campaña de propuestas y con respeto, el presidente de la Jucopo, abrió la puerta a sus oponentes para más ataques. Mostró sus debilidades y su falta de experiencia para hacer frente a las campañas sucias.
Desde hace dos años y en el actual proceso de elección del Coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la 4T, las corcholatas han denunciado campañas sucias en su contra, con nombres y apellidos. Ricardo Monreal denunció a Claudia Sheinbaum de constantes ataques en redes sociales y ésta, a su vez, a Marcelo Ebrard y el excanciller hizo lo propio con la exjefa de Gobierno. Las campañas sucias han sido una constante, desde hace tiempo, que provocó cismas, como en Coahuila.
A ello se suma el clima de denostaciones y confrontación que se vive a nivel nacional, que inicia en Palacio Nacional, donde el presidente López Obrador ha divido el país entre buenos y malos, héroes y traidores, cuatroteistas y los conservadores. En ambos bandos hay catastrofistas y agoreros del desastre que ha impregnado a la sociedad esa polarización, porque, incluso, entre las mismas familias hay divisiones.
En este momento pareciera que no hay condiciones para el diálogo y la negociación y la construcción de consensos. Conforme avance el proceso electoral, aumentará la confrontación y el divisionismo.
La reconciliación nacional, que se anhela y a la que muchos convocan, como Ricardo Monreal, no tendrá verificativo en el corto ni mediano plazos. En ese contexto de crispación y de confrontación, Eduardo Ramírez tendrá que prepararse si en realidad quiere ganar la gubernatura de Chiapas.