El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha confirmado la aceptación de un acuerdo de alto al fuego con Hezbolá en Líbano, que tendrá una duración inicial de 60 días. Este anuncio se produce tras intensas deliberaciones en el gabinete de seguridad y bajo la presión de Estados Unidos y otros actores internacionales que buscan estabilizar la región. Sin embargo, Netanyahu dejó claro que Israel mantendrá su «libertad de acción» militar en caso de que el grupo paramilitar viole el compromiso.
El acuerdo de alto al fuego se estructura en tres fases:
- Tregua Inicial: Un cese temporal de hostilidades.
- Repliegue de Hezbolá: Las fuerzas del grupo paramilitar deberán retirarse al norte del río Litani.
- Retirada Israelí: Las tropas israelíes se retirarán del sur de Líbano en un plazo de 60 días.
Además, se contempla la posibilidad de negociaciones entre Israel y Líbano para definir los límites fronterizos establecidos por la ONU tras la guerra de 2006. Netanyahu enfatizó que cualquier violación del alto al fuego por parte de Hezbolá resultará en una respuesta militar contundente por parte de Israel.
Netanyahu justificó esta decisión destacando tres razones clave:
- Enfoque en la Amenaza Iraní: La necesidad de centrar los esfuerzos en la influencia y actividades iraníes en la región.
- Renovación de Fuerzas Israelíes: Permitir a las fuerzas israelíes reponerse y reorganizarse.
- Aislamiento de Hamás: Al debilitar a Hezbolá, se espera que Hamás quede más vulnerable en su lucha contra Israel.
El primer ministro también mencionó que Israel ha logrado importantes objetivos durante el conflicto, incluyendo la eliminación de líderes clave de Hezbolá y la destrucción significativa de su arsenal.
A pesar del acuerdo, Netanyahu enfrenta críticas internas, especialmente desde sectores de extrema derecha y alcaldes de comunidades del norte de Israel. Estos grupos expresan su preocupación por la seguridad de los residentes evacuados y temen que el alto al fuego pueda ser interpretado como debilidad.
Sin embargo, el primer ministro prometió que las fuerzas israelíes intervendrán nuevamente si es necesario para proteger a los ciudadanos israelíes.
La guerra en Líbano ha dejado un saldo devastador, con más de 3,800 muertos y cientos de miles desplazados. La situación humanitaria es crítica, y las tensiones continúan siendo altas entre las fuerzas israelíes y Hezbolá. Este alto al fuego se presenta como una oportunidad para aliviar el sufrimiento humano y buscar una solución más duradera a los conflictos en la región.