Nearshoring y economía circular: el futuro sostenible de México

Por Bruno Cortés

La adopción de la economía circular en México está abriendo puertas a la creación de empleos verdes, impulsando la innovación en productos y procesos, y mejorando la competitividad de las empresas mexicanas. Además, el nearshoring se perfila como un catalizador para prácticas más sostenibles en la fabricación y logística.

En los últimos años, la economía circular ha ganado relevancia como un modelo que busca reducir la extracción de recursos naturales y minimizar los desechos, promoviendo la reutilización, reparación y reciclaje de materiales. Este enfoque no solo contribuye al medio ambiente, sino que también genera oportunidades económicas significativas. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la transición hacia una economía circular podría generar miles de empleos en la región, impulsando sectores como el reciclaje y la gestión de residuos.

Un ejemplo tangible de esta tendencia es la empresa Iberfoil en Sabiñánigo, España, que ha invertido 45 millones de euros en su proyecto Iberfoil Integra, centrado en el reciclaje de aluminio para producir bobinas de aluminio verde. Esta iniciativa ha creado 40 nuevos empleos, sumándose a los 120 existentes, y se espera que la planta opere a plena capacidad a partir de marzo o abril de 2025. Este caso demuestra cómo la economía circular puede ser un motor de crecimiento económico y generación de empleo.

En México, la implementación de prácticas de economía circular puede ser potenciada por el nearshoring, es decir, la relocalización de cadenas de suministro más cerca del mercado estadounidense. Esta estrategia no solo busca reducir costos y tiempos de entrega, sino que también ofrece la oportunidad de adoptar procesos de producción más sostenibles y eficientes. Empresas que opten por el nearshoring en México pueden integrar principios de economía circular desde el diseño de sus productos hasta la gestión de residuos, mejorando su competitividad en un mercado global cada vez más consciente de la sostenibilidad.

Además, la economía circular fomenta la innovación en productos y procesos. Al diseñar productos que sean más duraderos, reparables y reciclables, las empresas pueden diferenciarse en el mercado y satisfacer la creciente demanda de consumidores por opciones más sostenibles. La Fundación Ellen MacArthur destaca que la adopción de modelos de economía circular puede reducir significativamente las emisiones de dióxido de carbono y generar valor económico.

La colaboración entre el sector público y privado es esencial para impulsar estas iniciativas. Eventos como el I Foro de Innovación y Acción Circular en Palencia buscan promover la sostenibilidad empresarial y generar empleo de calidad a través de la economía circular. La participación de representantes empresariales y académicos en estos foros facilita el intercambio de experiencias y la adopción de mejores prácticas.

En conclusión, la convergencia de la economía circular y el nearshoring presenta una oportunidad única para México. Al adoptar prácticas más sostenibles en la fabricación y logística, el país puede generar empleos verdes, fomentar la innovación y mejorar la competitividad de sus empresas en el mercado global. La transición hacia una economía más circular y sostenible no solo es beneficiosa para el medio ambiente, sino que también impulsa el desarrollo económico y social del país.

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