Por Ander Masó
En México, la industria de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC) se ha convertido en una fuerza motriz. Con un crecimiento constante en la demanda de servicios digitales, México se ha posicionado como un centro de exportación de software y servicios de TI en América Latina. La implementación de políticas como la Red Compartida ha acelerado el acceso a internet de alta velocidad, sentando las bases para un ecosistema tech floreciente. Además, el sector de la energía renovable está ganando terreno, con inversiones significativas en energía solar y eólica, como se observa en proyectos como el Parque Eólico Piedra Larga en Oaxaca.
A nivel global, la biotecnología y las ciencias de la vida están en auge, impulsadas por la necesidad de soluciones médicas innovadoras, especialmente post-pandemia. Empresas como Moderna y BioNTech no solo han cambiado la cara de la vacunación, sino que han abierto puertas a nuevas terapias genéticas y personalizadas que prometen revolucionar la atención sanitaria.
La inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático están transformando sectores tradicionales, desde la manufactura hasta los servicios financieros. En México, empresas como Kavak, que usa IA para evaluar y vender autos usados, son ejemplos de cómo la tecnología puede revitalizar industrias. Este sector está creando no solo nuevas empresas sino también nuevas profesiones, con una demanda creciente de especialistas en datos, científicos de IA y desarrolladores de software.
La economía circular es otro sector emergente que busca sostenibilidad a través de la reutilización y reciclaje de materiales. En México, el reciclaje de plásticos y la gestión de residuos están siendo reimaginados con enfoques innovadores, como el uso de plástico reciclado en la construcción de viviendas o la creación de materiales de construcción a partir de desechos industriales.
La industria espacial, aunque aún en pañales en muchos países, está expandiéndose con empresas como SpaceX de Elon Musk que abren mercados en turismo espacial y satélites para comunicaciones y observación terrestre. México, aunque no es líder en este campo, está viendo un incremento en la investigación y desarrollo espacial con la Agencia Espacial Mexicana (AEM) buscando colaboraciones internacionales.
El sector de la movilidad eléctrica se está acelerando con la creciente preocupación por el cambio climático. México ha visto un aumento en la producción de vehículos eléctricos y en la infraestructura para su soporte, como la instalación de estaciones de carga en ciudades como México, Ciudad de México, y Guadalajara.
La ciberseguridad, finalmente, ha pasado de ser un gasto necesario a una inversión estratégica. Con el incremento de ataques cibernéticos, tanto empresas como gobiernos en México están invirtiendo en soluciones de protección de datos, creando un mercado que no solo protege sino también genera empleo especializado.
Estos sectores emergentes, con su potencial disruptivo, están dibujando un futuro donde la innovación, la sostenibilidad y la tecnología se entrelazan, prometiendo un mundo más conectado, saludable y consciente de su impacto ambiental. En México y más allá, la capacidad de adaptarse y liderar en estos campos determinará la competitividad y el progreso de las naciones en la era moderna.