Elon Musk ha vuelto a estar en el centro de la polémica tras compartir un video manipulado de la vicepresidenta Kamala Harris en su plataforma X (anteriormente conocida como Twitter). Este video, que ha sido ampliamente criticado por su uso engañoso de inteligencia artificial para recrear la voz de Harris, contiene afirmaciones falsas y desinformadoras. Entre ellas, se sugiere que Harris se postula a la presidencia porque Joe Biden es «senil» y que su elección fue producto de cuotas de «diversidad» debido a su ascendencia.
El video originalmente fue publicado por una cuenta de YouTube llamada «Mr Reagan», etiquetándolo como una parodia. Sin embargo, al compartirlo, Musk omitió señalar que se trataba de un contenido manipulado, lo cual podría constituir una violación de las políticas de X contra la difusión de contenido sintético o engañoso.
La controversia no tardó en escalar, y en poco tiempo, el video acumuló 138 millones de visualizaciones. La campaña de Harris no tardó en reaccionar, y una portavoz criticó a Musk con firmeza. «El público estadounidense busca la verdadera libertad, no las mentiras manipuladas de figuras como Elon Musk y Donald Trump», afirmó, subrayando la importancia de la veracidad en el discurso público.
Este incidente subraya una vez más los desafíos y las responsabilidades que enfrentan las plataformas de redes sociales en la era de la información digital, especialmente cuando se trata de contenidos que pueden influir en la percepción pública y el proceso democrático.