Muere Yolanda Montes «Tongolele», Ícono del Cine de Oro Mexicano

Este lunes, México perdió a una de sus más emblemáticas figuras del espectáculo, Yolanda Montes Farrington, conocida artísticamente como «Tongolele». A los 93 años, la bailarina y actriz que marcó una era con su estilo único y su presencia escénica, falleció, dejando atrás un legado que trasciende generaciones.

Nacida en 1932 en Spokane, Washington, con ascendencia mexicana por parte de su padre, Elmer Sven Montes, y estadounidense por parte de su madre, Edna Pearl Farrington, Montes llegó a México a los 14 años. Su llegada al país marcó el inicio de una carrera fulgurante en los cabarets y salones de baile de Tijuana, donde su talento para la danza exótica y su magnetismo personal la convirtieron en una sensación de la noche.

El debut cinematográfico de Tongolele ocurrió en 1948 con la película «Nocturno de amor», dirigida por Emilio Gómez. Sin embargo, fue un año después, con «¡Han matado a Tongolele!» de Roberto Gavaldón, cuando su fama se consolidó, transformándola en un ícono de la sensualidad y el exotismo en el cine mexicano. Esta película no solo destacó por su trama, sino por la actuación y el estilo inconfundible de Tongolele, que combinaba movimientos sensuales con una puesta en escena que capturaba la imaginación del público.

El personaje que Tongolele creó para sí misma era inolvidable: su mechón blanco característico, su mirada penetrante y su ritmo contagioso en los escenarios de cabaret la convirtieron en una auténtica leyenda. La Secretaría de Cultura de México la describió como «un referente del entretenimiento en México», reconociendo su impacto cultural y artístico.

En los años dorados del cine mexicano, Tongolele no solo bailaba; hipnotizaba. Sus actuaciones eran una mezcla de arte y provocación, donde cada movimiento parecía contar una historia, cada gesto una invitación al mundo de la fantasía y la bohemia. Su estilo y presencia marcaron un antes y un después en la forma en que se concebía el espectáculo nocturno en México.

Con trajes que desafiaban las convenciones de la época y una coreografía que parecía desafiar las leyes de la física, Tongolele era la personificación del glamour y la sensualidad en una sociedad que aún se debatía entre la tradición y la modernidad. Su figura se convirtió en un símbolo de libertad artística y personal en un contexto cultural muy conservador.

La influencia de Tongolele se mantiene viva no solo en las películas del cine de oro, sino también en la memoria colectiva de quienes vivieron su época y en la inspiración que sigue brindando a nuevos artistas. Su arte era una celebración de la vida, de la música y del movimiento, elementos que dejaron una huella imborrable en la cultura popular mexicana.

La partida de Yolanda Montes «Tongolele» cierra un capítulo de la historia del espectáculo en México, apagando una de las últimas luces de una era dorada que transformó la percepción del arte y el entretenimiento en el país. Su legado, sin embargo, permanece, recordándonos la importancia de la innovación y la audacia en el arte.

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