Morena se sacude por dentro: pleitos, aspirantes prematuros y magistrados exprés

La unidad en Morena ya no es tan morena: se empieza a desteñir

Dicen que en la política no hay sorpresas, solo sorprendidos. Y los senadores de Morena parecen haber quedado más que atónitos el pasado 8 de abril, cuando no lograron la mayoría calificada para nombrar a los nuevos magistrados electorales en 30 estados del país. ¿El resultado? 72 votos a favor, 38 en contra, y una llamada de atención interna más fuerte que la campana de inicio de sesiones. Todo eso para descubrir que ni sus propios legisladores confiaban en la lista de candidatos. Y cómo no, si algunos eran más desconocidos que influencer sin TikTok.

Un día después, la magia del “ajuste” hizo lo suyo

Pero Morena no llora, Morena remueve. El 9 de abril, tras una noche de llamadas, ajustes y uno que otro codazo político, el Senado logró lo que no había conseguido un día antes: 86 votos a favor, lista modificada y magistrados aprobados al vapor. Todo gracias a una receta de cocina política: cambia los ingredientes, calienta con urgencia legislativa, adereza con negociaciones privadas, y ¡voilà! La oposición, claro, reaccionó como gato mojado: acusaron nepotismo, imposiciones y hasta incesto político, como en el caso de Marcela Zárate Llamas, hermana de un operador de Morena.

Andrea Chávez y sus ambulancias de campaña… que no son campaña (según ella)

Mientras en el Senado se horneaban magistrados, en Chihuahua la senadora Andrea Chávez ya andaba de gira. Pero no con mariachi, sino con ambulancias decoradas con su imagen y los colores de Morena, bajo el disfraz de “Caravanas de Salud”. Qué conveniente, ¿no? Tanto el PRI como el PAN no tardaron en llevar el caso a la FGR, acusándola de promoción anticipada, peculado y lavado de dinero. Una joyita. Todo esto rumbo a las elecciones de 2027, que, si nos guiamos por el calendario de Andrea, ya comenzaron.

Sheinbaum dice “basta” (pero con tono de tía preocupada)

Claudia Sheinbaum, quien apenas se está acomodando en la silla presidencial, mandó una carta a la dirigencia de Morena. No fue de amor, sino de advertencia: se necesitan reglas claras ya, porque si no, el partido va a terminar pareciendo más una kermés de aspirantes que una fuerza política seria. Y no es para menos: entre las “campañas adelantadas” y los pleitos por las candidaturas, Morena parece más ocupado en sus guerras internas que en gobernar.

Los aliados también muerden: el PT dice que no es el perrito faldero de nadie

A esta telenovela se sumó el Partido del Trabajo, que cansado de recibir solo las sobras, decidió competir con sus propias siglas en Veracruz. Morena les ofreció 22 de los 212 municipios, pero el PT quería 32. “No somos chiquitos”, gritó Reginaldo Sandoval. Lo cierto es que las tensiones con el PT ya salieron del chat y se están escribiendo en boletas electorales. Ojo ahí: en 2021, estas peleas internas le costaron a Morena varias derrotas.

¿Unidad? Más bien, una torre de Jenga política

Mientras Sheinbaum predica que las candidaturas deben “construirse desde el pueblo”, varios en su partido ya andan levantando bardas, pintando lonas y organizando caravanas con su cara. La lucha por el poder dentro de Morena ya comenzó y tiene más capítulos que una serie de narcos. Lo que antes era un partido disciplinado ahora parece un reality show político en horario estelar.

Morena en la encrucijada: ¿regresa al orden o se descompone antes de 2027?

En resumen, Morena vive un momento clave: o impone orden desde adentro, o se le va a caer el teatrito antes de las elecciones intermedias. Los nombramientos exprés, las campañas adelantadas y los aliados incómodos son síntomas de un partido que necesita terapia urgente… o al menos una buena sacudida. Porque si la transformación no empieza por casa, no hay Cuarta ni Quinta que aguante.

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