Por Bruno Cortés
Hace unos días, el Congreso mexicano vivió una de esas escenas que no dejan indiferente a nadie. Los senadores del Partido Acción Nacional (PAN) acusaron a sus colegas de Morena de «salir corriendo como cobardes» de una sesión clave, justo cuando el senador Marko Cortés, líder del PAN, estaba presentando una propuesta para crear una comisión especial que investigara lo sucedido en el rancho Izaguirre de Teuchitlán, Jalisco. Este rancho, relacionado con el crimen organizado, fue señalado como un posible campo de adiestramiento y crematorio clandestino, lo que ha causado gran preocupación entre la sociedad.
La idea de Cortés era sencilla: conformar una comisión con expertos independientes para esclarecer los hechos que, según varios colectivos y organizaciones, podrían ser el reflejo de un problema mucho más profundo en el país. Pero, al parecer, a los senadores de Morena no les pareció tan importante. Durante la presentación de la propuesta, los legisladores de la mayoría en el Senado decidieron abandonar la sala del pleno, lo que impidió que se alcanzara el quorum necesario para que la propuesta fuera votada. Para los panistas, este gesto fue una muestra de falta de compromiso y responsabilidad, sobre todo cuando el país enfrenta problemas tan graves como la inseguridad y la desaparición forzada de personas.
El senador Ricardo Anaya, quien también estuvo presente en la rueda de prensa, no dudó en calificar de «cobardes» a los senadores de Morena, a quienes les echó en cara su actitud. En palabras de Anaya, «nunca se había visto que la mayoría saliera corriendo de esa manera». Y lo peor, según él, es que lo hicieron cuando se estaba planteando una propuesta razonable y sensata. La propuesta de Cortés no pretendía ser una solución mágica, sino simplemente abrir un espacio para investigar, algo que a su juicio, debería ser respaldado por todos los partidos políticos, más allá de las diferencias ideológicas.
La crítica al gobierno de Andrés Manuel López Obrador también estuvo muy presente durante la intervención de los panistas. Anaya recordó que la estrategia de «Abrazos, no balazos», implementada por el expresidente, es la principal responsable de la situación actual de inseguridad en el país. De acuerdo con los panistas, esta política permitió que el crimen organizado se expandiera, generando las condiciones para que situaciones como las que ocurrieron en Teuchitlán, así como las disputas entre grupos criminales en Sinaloa, Tamaulipas, Tabasco y Chiapas, se volvieran cada vez más frecuentes.
«Este no es un problema local, es un problema nacional», enfatizó Anaya, quien señaló que lo sucedido en Teuchitlán refleja una crisis más grande que afecta a todo México. Los panistas aseguran que lo ocurrido en Jalisco no es un caso aislado, sino que forma parte de una cadena de eventos que, desde su perspectiva, son resultado directo de la inacción y de las decisiones erróneas del gobierno federal.
Además, los panistas no se limitaron a criticar la política de seguridad del gobierno de López Obrador, sino que también se dirigieron a la actual presidenta, Claudia Sheinbaum, quien es responsable de la administración federal tras la salida de López Obrador. Anaya y Cortés pidieron que el gobierno de Sheinbaum asuma su responsabilidad y no «huyan como cobardes», en referencia a lo que ellos consideran una falta de acción ante la crisis de inseguridad y la indiferencia hacia las víctimas de desapariciones y violencia.
El PAN concluyó con un firme llamado a la acción. Exigen que el gobierno federal no le dé la espalda a las víctimas y a las madres buscadoras, que han estado luchando por encontrar a sus seres queridos desaparecidos. Según los panistas, la falta de respuesta por parte de Morena solo alimenta el ciclo de impunidad y desesperanza en el país.
Este episodio en el Senado ha abierto un nuevo capítulo en la confrontación política entre los partidos de oposición y el gobierno federal. La situación en Teuchitlán y otros estados sigue siendo una de las grandes preocupaciones en el país, y la falta de unidad en el Congreso para abordar estos temas solo añade complejidad a un escenario ya de por sí complicado. El futuro de la propuesta sobre la comisión especial de investigación queda ahora en el aire, mientras los partidos siguen enfrentándose en lo que parece ser un tira y afloja político sobre cómo enfrentar los problemas de seguridad y justicia en México.