Por Juan Pablo Ojeda
En un giro inesperado, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se han unido al paro nacional de trabajadores del Poder Judicial, en una protesta contra la reforma propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. La decisión no fue sencilla; tras una votación, 8 ministros optaron por unirse al paro, mientras que 3 decidieron mantenerse en contra de suspender actividades.
El descontento entre los altos funcionarios del Poder Judicial refleja una creciente preocupación por los cambios legislativos que AMLO ha impulsado. Para aquellos que no están familiarizados con el trasfondo, la reforma en cuestión propone modificaciones significativas al sistema judicial del país, incluyendo la manera en que se eligen y supervisan a los jueces y magistrados.
Esta reforma ha sido un tema de controversia desde su anuncio. Por un lado, el presidente López Obrador y sus seguidores argumentan que los cambios son necesarios para combatir la corrupción y mejorar la eficiencia del sistema judicial. Según esta visión, una reforma integral puede asegurar que los jueces actúen con mayor transparencia y justicia, haciendo más accesible la justicia para todos los ciudadanos.
Sin embargo, los opositores, incluidos los ministros de la SCJN que se unieron al paro, sostienen que la reforma podría minar la independencia del Poder Judicial y debilitar el sistema. Ellos argumentan que cambiar la forma en que se elige y supervisa a los jueces podría resultar en una mayor politización del poder judicial, lo que a su vez podría comprometer la imparcialidad y la justicia.
En la votación interna, los ministros Lenia Batres, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel se manifestaron en contra de la decisión de suspender actividades. Estos tres ministros creían que no era el momento adecuado para un paro y que la mejor manera de abordar las diferencias sería a través del diálogo y la negociación, en lugar de interrumpir las funciones del Poder Judicial.
Por su parte, los ministros que votaron a favor del paro consideran que esta acción es una forma necesaria de hacer escuchar su voz y mostrar su oposición a una reforma que, en su opinión, podría tener consecuencias negativas para el sistema judicial. La decisión de sumarse al paro nacional no solo es un acto de protesta, sino también una señal de la profundidad del desacuerdo que existe entre los distintos actores del sistema judicial mexicano.
Este paro nacional de los trabajadores del Poder Judicial y la participación de los ministros de la SCJN en él destacan la tensión que rodea a esta reforma y subrayan la importancia del debate en torno a cómo se administra la justicia en México. La situación pone de relieve la complejidad de la política judicial y la necesidad de encontrar un equilibrio entre la reforma y la preservación de la independencia judicial.