Por Juan Pablo Ojeda
En un anuncio que refleja un fortalecimiento en las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, el presidente estadounidense, Donald Trump, informó este jueves que, tras una llamada con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, ambos países llegaron a un acuerdo para exentar la aplicación de un arancel del 25% sobre todos los productos incluidos en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esta medida, que estará vigente hasta el 2 de abril, busca consolidar la colaboración entre las dos naciones en temas clave como la migración irregular y el combate al tráfico de fentanilo.
El mandatario estadounidense destacó que la decisión se tomó como un gesto de «adaptación y respeto» hacia Sheinbaum, con quien asegura mantener una «muy buena relación». En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump detalló que la suspensión de los aranceles responde a los esfuerzos conjuntos en la frontera para frenar el paso de migrantes indocumentados y el flujo de drogas, particularmente el fentanilo, operado por grupos del crimen organizado. “Estamos trabajando duro, juntos, en la frontera, tanto en términos de impedir que los inmigrantes ilegales ingresen a los Estados Unidos como, asimismo, de detener el fentanilo. ¡Gracias, presidenta Sheinbaum, por su arduo trabajo y cooperación!”, expresó.
El acuerdo llega en un momento en que la administración de Sheinbaum, quien asumió la presidencia de México el pasado 1 de octubre de 2024, ha priorizado la seguridad fronteriza y la lucha contra el narcotráfico como ejes centrales de su política exterior con Washington. Analistas consideran que esta pausa arancelaria podría ser una señal de distensión tras las tensiones comerciales que han marcado la relación entre ambos países en los últimos años, especialmente bajo la amenaza recurrente de Trump de imponer tarifas a las exportaciones mexicanas.
Aunque el plazo del 2 de abril plantea interrogantes sobre la continuidad de esta exención, el anuncio subraya la disposición de ambos gobiernos para avanzar en una agenda común. La frontera, que sigue siendo un punto crítico en la dinámica bilateral, se perfila como el eje de las negociaciones futuras, mientras México y Estados Unidos buscan equilibrar intereses económicos y de seguridad.
Este desarrollo no solo beneficia a los sectores exportadores mexicanos, que temían el impacto de los aranceles en industrias clave como la automotriz y la agrícola, sino que también refuerza el T-MEC como pilar del comercio regional. Por ahora, la cooperación entre Sheinbaum y Trump parece encaminarse a resultados tangibles, aunque el panorama podría evolucionar con el tiempo.