CDMX a 24 de octubre, 2024.- México enfrenta el periodo inflacionario más prolongado de su historia reciente, con 43 meses consecutivos de inflación fuera del objetivo del Banco de México (Banxico), lo que ha impactado gravemente en la economía de las familias mexicanas. La inflación, impulsada por una combinación de factores globales y locales, como la pandemia, el cambio climático, la inseguridad y la guerra en Ucrania, ha hecho que productos básicos como el jitomate, el limón y la lechuga alcancen precios insostenibles.
En el mercado de Santa Fe, en la Ciudad de México, muchas familias buscan maneras de ajustar su presupuesto ante el constante aumento de precios. Sheyla Palacios, una compradora habitual, comparte su estrategia para ahorrar en la cocina: “Compro pechuga y pido el hueso aparte, lo pongo a hervir y con zanahoria y papa hago la sopa, así ahorro el jitomate que ya está carísimo”. Esta situación se repite entre los pasillos del mercado, donde la inflación ha cambiado la forma de alimentarse y comprar.
Desde que comenzó la crisis sanitaria en 2021, el panorama inflacionario en México ha sido desalentador. El jitomate, un elemento básico en la cocina mexicana, aumentó su precio un 20% solo en los meses de junio a agosto de este año, alcanzando hasta 80 pesos por kilo en algunos mercados. Otros productos como el limón y la lechuga también han visto incrementos considerables, haciendo cada vez más difícil para las familias mexicanas mantener una alimentación balanceada.
Además del impacto de la pandemia, factores como el cambio climático han influido en la disponibilidad de productos agropecuarios. Sequías, lluvias intensas y huracanes, como el devastador Otis, han afectado las cosechas y aumentado la dependencia de importaciones, lo que a su vez encarece los precios debido a la debilidad del peso frente al dólar.
A los factores climáticos se suman los problemas de inseguridad. Productores de limón en Michoacán han visto cómo el crimen organizado impone pagos por cada caja de producto que sale al mercado, lo que eleva aún más los precios al consumidor final. El resultado: los productos más esenciales de la canasta básica se vuelven inaccesibles para muchas familias.
Víctor Manuel Herrera, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, explica que el crimen organizado ha contribuido al alza de precios en todo el país, y agrega que los robos al transporte de carga son otro factor que encarece los productos.
El Banco de México ha intentado contener la inflación mediante el aumento de las tasas de interés. Sin embargo, la entidad se enfrenta a factores que están fuera de su control, como los conflictos geopolíticos, los precios del petróleo y la inseguridad. A pesar de sus esfuerzos, la inflación sigue siendo un desafío, y aunque en algunos países como Brasil y Chile se ha logrado desacelerar más rápidamente, México aún no ha logrado revertir la tendencia.
El gobierno lanzó el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) en 2022 para intentar frenar el aumento de precios. Si bien fue eficaz en algunos aspectos, como contener los precios de los combustibles, los efectos de este programa han sido insuficientes para frenar la escalada de los alimentos.
A medida que la economía global sigue enfrentando incertidumbre, los expertos no ven una solución inmediata al problema inflacionario en México. Ramsés Pech, analista de Energía y Economía, advierte que el 2025 será un año complicado si los precios de los energéticos no se estabilizan. Además, factores como el crimen organizado, el cambio climático y la dependencia de importaciones seguirán presionando los precios.
Por ahora, familias en todo el país, como las que recorren los mercados de Santa Fe y Escandón, continúan buscando maneras de estirar su dinero. Para muchas, la lucha diaria por mantener su mesa llena se ha convertido en un reflejo de la dura realidad inflacionaria que vive el país.