A pesar de que se cree que Estados Unidos sigue siendo la meta de millones de migrantes latinoamericanos, en los últimos años este fenómeno ha cambiado, pues países como México se vuelven el destino de personas que buscan mejorar sus condiciones de vida.
Lo anterior fue discutido durante la última sesión del Congreso Internacional Crisis Migratoria en Europa y América a la Luz del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, realizado en la Universidad Iberoamericana.
«Hay un gran cambio que se vive desde antes de la pandemia, una transición migratoria que consiste en que el movimiento de personas en América Latina es hacia la propia región», declaró Fernando Lozano, director del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.
En este orden de ideas, Lozano Ascencio explicó que ya no hay un patrón tradicional de desplazamientos ni tampoco se puede hablar de corredores migratorios, ya que este fenómeno ocurre en sociedades equivalentes, como en Haití, donde los migrantes optan por buscar asilo en Brasil, Chile o México, no sólo en República Dominicana o Estados Unidos.
Esto se refleja en las cifras: en los últimos tres años las solicitudes de asilo en México pasaron de 8.000 a 12.000. México, de hecho, es el país que ocupa el lugar 11 de la lista de destinos preferidos por personas migrantes, superado por Colombia, Perú, Estados Unidos, Chile y España.
Los migrantes de países como Honduras, Venezuela, El Salvador, Cuba, Haití, Guatemala y Nicaragua son los que más piden asilo en México, según Salvador Guerrero, director de la Clínica Jurídica para Refugiados Alaíde Foppa,
De este modo, México, al ser país de origen, tránsito, destino y retorno, se mantiene como uno de los cinco países con mayor número de migrantes al sumar 10,7 millones, de acuerdo con Ariadna Salazar, académica de la Universidad Iberoamericana.
Uno de los temas que se espera que se toque durante la próxima Cumbre de las Américas es precisamente la migración, un tema que para el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, debe resolverse con un plan regional que incluya programas de apoyo económico y visados temporales de trabajo para los migrantes centroamericanos.