La fortaleza del tipo de cambio peso-dólar se debe a la solidez de los fundamentos macroeconómicos, lo que también ayuda a enfrentar los posibles choques externos de mejor manera que en el pasado, afirmó la gobernadora del Banco de México (Banxico), Victoria Rodríguez Ceja, en su comparecencia ante la comisión de Hacienda del Senado de la República.
Agregó que el sector financiero mexicano se encuentra capitalizado y sin riesgos, en comparación con los bancos de Estados Unidos, que no cumplen con los estándares de Basilea III, mientras que los bancos en México se cumple la normatividad internacional y se les enfrenta a pruebas de estrés, lo que no sucede con los bancos estadounidenses.
Rodríguez Ceja señaló que el nerviosismo en los mercados internacionales podría continuar por las cuestiones registradas en Marzo en bancos norteamericanos y europeos, por lo que las autoridades centrales deben estar vigilantes para actuar de forma expedita para que los impactos negativos sean los menores posibles.
La primera gobernadora de Banco de México destacó que la estabilidad y apreciación del peso mexicano corresponde a los sólidos fundamentos macroeconómicos.
“México se encuentra en mejor posición que en pasado para hacer frente a una coyuntura externas caracterizada por condiciones financieras astringentes, derivadas del ciclo de apretamiento monetario a nivel global y por retos a la estabilidad del sistema financiero internacional”.
Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora de Banxico
En el combate a la inflación explicó que se registran avances, pero los incrementos de precios en los alimentos no permite afirmar que se tiene una tendencia consolidada hacia menores precios, ya que persisten las presiones inflacionarias en el sector servicios de la economía nacional.
Rodríguez Ceja expuso que no sería una sorpresa que en la decisión de política monetaria del 18 de Mayo una “pausa” en los incrementos de la tasa objetivo que a la fecha se encuentra en 11.25 por ciento.
Finalmente, puntualizó la gobernadora del banco central que en caso de que la economía norteamericana presente una “recesión leve” se mantiene un escenario de ligero crecimiento económico en México.