Miles de mexicanos se congregaron en una vigilia nacional, mostrando unidad y esperanza tras el hallazgo en Teuchitlán.
El reciente descubrimiento de un presunto centro de exterminio en el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, ha conmocionado al país. En respuesta, el Colectivo Luz de Esperanza convocó a una Jornada de Luto Nacional, que tuvo lugar el 15 de marzo de 2025, movilizando a miles de personas en diversas ciudades de México y en el extranjero.
En la Ciudad de México, la vigilia se llevó a cabo en el Zócalo capitalino, donde familiares de desaparecidos, activistas y ciudadanos encendieron velas y colocaron zapatos como símbolo de las víctimas. La atmósfera, cargada de emotividad, reflejó la solidaridad y el compromiso de la sociedad civil en la búsqueda de justicia.
Otras ciudades, como Oaxaca, Querétaro y Michoacán, se sumaron a la jornada con actos simbólicos y protestas pacíficas. Incluso en Madrid, España, se realizaron manifestaciones frente a la Embajada de México, evidenciando la resonancia internacional de la causa.
El Rancho Izaguirre, de casi 10,000 metros cuadrados, fue identificado como un posible centro de entrenamiento y confinamiento utilizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). En el lugar se encontraron restos óseos calcinados, ropa y más de 200 pares de zapatos, lo que sugiere la magnitud de las atrocidades cometidas.
La respuesta de la sociedad civil ha sido ejemplar. Colectivos de búsqueda, como Guerreros Buscadores de Jalisco, han liderado esfuerzos independientes para localizar a sus seres queridos, demostrando resiliencia y determinación. Estas acciones han puesto en evidencia la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades y han resaltado la importancia de la participación ciudadana en la lucha contra la impunidad.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha exigido transparencia en las investigaciones y ha instado a las autoridades locales a actuar con diligencia. Este llamado refuerza la necesidad de una colaboración estrecha entre gobierno y sociedad para enfrentar la crisis de desapariciones que afecta al país.
La Jornada de Luto Nacional por Teuchitlán no solo honró la memoria de las víctimas, sino que también fortaleció el tejido social al unir a diversos sectores en una causa común. La participación activa de la ciudadanía es un paso positivo hacia la construcción de un México más justo y solidario.
Este movimiento ha generado una mayor conciencia sobre la problemática de las desapariciones y ha impulsado a más personas a involucrarse en iniciativas de búsqueda y apoyo a las familias afectadas. La solidaridad demostrada en estas vigilias es un testimonio del poder de la comunidad para enfrentar desafíos colectivos.
En medio del dolor, la unidad y la esperanza emergen como pilares fundamentales para avanzar hacia la verdad y la justicia. La sociedad mexicana ha demostrado que, ante la adversidad, la empatía y la acción conjunta pueden marcar la diferencia en la construcción de un futuro más humano y equitativo.