CDMX a 2 de diciembre, 2022.- La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) rindió un homenaje luctuoso al sargento Horacio Castilleja Albarrán, integrante del legendario Escuadrón 201 de la Fuerza Aérea Mexicana que participó en la Segunda Guerra Mundial.
La ceremonia fue encabezada por el general piloto aviador José Gerardo Vega Rivera, Comandante de la Fuerza Aérea Mexicana, en el cementerio militar de San Andrés Totoltepec, al sur de Ciudad de México, capital del país.
Por su destacado desempeño como parte de la Fuerza Aérea Expedicionaria, le fue conferida la medalla Servicio en el Lejano Oriente.
«Su participación en la Segunda Guerra Mundial dejó entrever los más altos niveles de patriotismo, heroísmo y espíritu de servicio, obteniendo en 1954 la Condecoración Presidencial que el Gobierno de la República de Filipinas impuso a los miembros de la Fuerza Aérea Expedicionaria», señaló la Sedena.
En 1942, a la edad de 18 años, Castilleja Albarrán ingresó como estudiante de la Escuela Militar de Transmisiones, en donde realizó el curso de radioperador; posteriormente se incorporó al grupo de perfeccionamiento de aeronáutica que marchó a Estados Unidos, denominado Escuadrón 201. El veterano de guerra falleció el 30 de noviembre a la edad de 98 años por causas naturales.
El Escuadrón 201
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la presencia militar de México en la Segunda Guerra Mundial estuvo representada por el Escuadrón 201, integrado por 300 hombres que entraron en acción en junio de 1945, poco antes de que el conflicto llegara a su fin.
El momento decisivo para que el entonces presidente del país latinoamericano, Manuel Ávila Camacho, oficializara el ingreso de México al conflicto fue el hundimiento de dos barcos petroleros mexicanos, el Potrero del Llano, hundido frente a las costas de Florida el 13 de mayo de 1942, y el Faja de Oro, destruido siete días después.
El Escuadrón 2021 partió a un campo aéreo en Texas, en donde recibió entrenamiento, y el 27 de marzo de 1945 fue trasladado a las Islas Filipinas para entrar en acción en junio siguiente.
Los pilotos mexicanos habían comenzado a atacar las posiciones japonesas en Formosa cuando, el 6 de agosto del mismo año, la aviación estadounidense lanzó sobre Hiroshima la primera de las bombas atómicas que obligó a Japón a rendirse, acelerando así el final de la Segunda Guerra Mundial. Con la intervención del Escuadrón 201, México pudo figurar entre las naciones victoriosas y así participar en las conferencias internacionales celebradas en la posguerra.