México se prepara para una jornada electoral histórica este 2 de junio, donde no solo se elegirá al próximo jefe de Estado y Gobierno, sino que también se renovarán 128 senadurías y 500 diputaciones federales. Con una base electoral de aproximadamente 98 millones de votantes, las medidas para asegurar un proceso ordenado y seguro son cruciales. Entre estas, la implementación de la ley seca juega un papel fundamental.
La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales dicta que durante el día de las elecciones y el precedente, las autoridades pueden limitar la venta de bebidas alcohólicas. Esta medida, conocida como ley seca, se activará desde el sábado 1 de junio hasta el cierre de la jornada electoral del domingo. El propósito es claro: garantizar un ambiente de tranquilidad y orden que favorezca el desarrollo pacífico y democrático de las elecciones.
Cada entidad federativa en México tiene autonomía para regular la ley seca según sus propias normas, aunque todas convergen en el mismo objetivo. En la Ciudad de México, por ejemplo, la Secretaría de Gobierno emite un acuerdo que se publica en la Gaceta Oficial y en periódicos de circulación nacional, ordenando la suspensión de actividades relacionadas con el alcohol en establecimientos mercantiles.
Similarmente, el Estado de México prohíbe la venta de bebidas alcohólicas en locales cuya actividad principal sea esa, con excepciones para restaurantes que se centren en la venta de alimentos. En Jalisco, el gobernador y los ayuntamientos tienen la facultad de establecer prohibiciones temporales, comunicadas con al menos setenta y dos horas de anticipación.
Veracruz y Puebla también establecen medidas específicas, como la comunicación pública de la prohibición con suficiente antelación y la aplicación estricta de sanciones por incumplimiento.
En el contexto político, los candidatos Claudia Sheinbaum de la coalición «Sigamos Haciendo Historia», Xóchitl Gálvez de «Fuerza y Corazón por México», y Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano, intensifican sus esfuerzos para captar votos en los últimos días antes del silencio electoral.
La ley seca es una medida que busca minimizar los incidentes y asegurar que los ciudadanos voten en un estado de sobriedad, contribuyendo así a la legitimidad y eficacia del proceso electoral. Este fin de semana, México no solo decidirá su futuro político, sino que también pondrá a prueba su capacidad para conducir elecciones en un marco de respeto, orden y seguridad.