Por Juan Pablo Ojeda
México comenzó el 2025 con una ligera pero importante mejora en las remesas, al recibir un total de 4,660 millones de dólares durante el mes de enero. Este monto representa un aumento del 1.9% en comparación con los 4,573 millones de dólares registrados en el mismo mes del año anterior, según informó el Banco de México (Banxico) este lunes.
La remesa promedio individual en enero fue de 385 dólares, lo que refleja una leve disminución del 0.92% frente a los 389 dólares del mismo mes de 2024. A pesar de esta caída en la cantidad promedio por envío, el flujo total de remesas continúa siendo una fuente clave de ingresos para el país, contribuyendo significativamente a la economía nacional.
En cuanto a los envíos desde México hacia el exterior, Banxico también reportó que los residentes mexicanos enviaron remesas por un valor de 110 millones de dólares, lo que implicó un incremento interanual del 2.1%. Como resultado, el superávit de la cuenta de remesas de México con el resto del mundo fue de 4,551 millones de dólares, lo que muestra un ligero aumento respecto al superávit de 4,466 millones de dólares reportado en enero de 2024.
El informe también destacó que, durante 2024, México alcanzó un récord de 64,745 millones de dólares en remesas recibidas, con un aumento interanual del 2.3%. Este resultado significó el undécimo incremento anual consecutivo y consolidó al país como el segundo mayor receptor de remesas en el mundo, solo detrás de la India, según datos del Banco Mundial.
Aunque las remesas siguen siendo una fuente vital de ingresos externos, su crecimiento ha comenzado a mostrar señales de desaceleración. Esta tendencia se da en un contexto complicado, en el que persisten las preocupaciones sobre las políticas migratorias del gobierno estadounidense, particularmente bajo la administración de Donald Trump. Las medidas de deportación masiva y las amenazas de imponer un impuesto del 10% a los envíos de dinero podrían afectar gravemente las remesas, lo que representaría una pérdida de hasta 13 mil millones de dólares anuales, según estimaciones de expertos.
Las deportaciones masivas son una preocupación especial para México, ya que los mexicanos constituyen casi la mitad de los 11 millones de indocumentados en los Estados Unidos. Además, las remesas enviadas por los migrantes mexicanos representan casi el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, una cifra significativa que subraya la dependencia del país de este flujo de dinero para el sostenimiento de muchas familias y comunidades.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha defendido el impacto positivo de las remesas, subrayando que “lo que envían los mexicanos desde Estados Unidos es solo el 20% de lo que ellos ganan” y que el resto se queda en el país vecino, beneficiando tanto a la economía mexicana como a la estadounidense. Este intercambio económico, señala Sheinbaum, es fundamental para el bienestar de ambos países.