Por Juan Pablo Ojeda
Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Economía de México, anunció este viernes que el gobierno federal mantiene conversaciones con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para garantizar que las exportaciones mexicanas no se vean afectadas por las tarifas que el mandatario republicano planea imponer a nivel global a partir del 2 de abril. Estas medidas, de concretarse, impactarían el comercio internacional hacia el mercado estadounidense, principal destino de los productos mexicanos.
En conferencia de prensa desde Palacio Nacional, Ebrard detalló que, tras una llamada entre la presidenta de México y Trump, se alcanzó un acuerdo preliminar. “El acuerdo que ayer se dio a conocer consiste esencialmente en que las exportaciones de México que cumplen con las disposiciones del Tratado de Libre Comercio no van a estar sujetas a tarifas, de aquí a por lo menos el 2 de abril”, afirmó el secretario. Este plazo ofrece un respiro temporal mientras ambas naciones negocian una solución definitiva.
El funcionario explicó que la mayoría de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos se rigen por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo que las protegería de las tarifas anunciadas. Sin embargo, también destacó que algunas empresas podrían acogerse al principio de «nación más favorecida», una norma de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que obliga a extender las condiciones comerciales favorables otorgadas a un país a todos los demás miembros, evitando discriminación. “Es una convención internacional en donde si tú le otorgas una condición favorable a uno, se la tienes que otorgar a todos los demás”, precisó Ebrard.
Las negociaciones entre ambos gobiernos se intensifican ante la proximidad de la fecha límite, en un contexto donde el comercio bilateral supera los 260 mil millones de dólares anuales. La postura de México, según el secretario, es defender los intereses de las empresas exportadoras y mantener la estabilidad económica, mientras Trump insiste en su política proteccionista para priorizar la producción interna en Estados Unidos.
El desenlace de estas conversaciones será clave no solo para la relación bilateral, sino también para la competitividad de México en el mercado global. Por ahora, el gobierno de México apuesta por el diálogo y el marco legal del T-MEC para evitar un impacto económico que podría afectar a sectores como la industria automotriz, la manufactura y la agricultura.