En un destacado logro para México, el país ha avanzado cuatro lugares en la clasificación de las economías globales, consolidándose ahora como la duodécima economía a nivel mundial. Este ascenso se atribuye a la expansión económica constante que experimenta el país, con un pronóstico de crecimiento del 3.2% para el año 2023. Este notable desempeño se sustenta en diversos factores que han contribuido al desarrollo económico de México.
Uno de los pilares fundamentales de este avance es la implementación de políticas económicas y financieras responsables. México ha adoptado medidas que buscan fortalecer el mercado interno, fomentar la inversión privada en sectores estratégicos y aumentar la inversión pública. Estas políticas han demostrado ser efectivas al generar un ambiente propicio para el crecimiento sostenido.
La cercanía geográfica de México con Estados Unidos también ha desempeñado un papel crucial en su ascenso económico. Los sólidos vínculos comerciales con el mercado estadounidense han convertido a México en una ubicación estratégica para la práctica de «nearshoring», atrayendo la producción destinada al mercado estadounidense y fortaleciendo aún más la posición económica del país.
La capacidad de México para mantener un crecimiento económico anual del 3% al 4% después de la crisis global desencadenada por la pandemia de COVID-19 ha sido otro factor determinante en su progreso. La resiliencia demostrada durante tiempos difíciles ha contribuido a la confianza de los inversores y a la estabilidad económica.
Las reformas estructurales implementadas también han sido reconocidas como un motor clave de este avance. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha subrayado la importancia de mantener políticas fiscales sólidas y llevar a cabo reformas estructurales integrales para abordar las barreras existentes y fomentar un crecimiento sostenible e inclusivo en México.
En conclusión, México ha logrado un ascenso significativo en la clasificación de las economías globales, respaldado por un crecimiento económico sostenido. Las políticas económicas responsables, la proximidad estratégica con Estados Unidos, la recuperación post-COVID-19 y las reformas estructurales han convergido para posicionar a México como una fuerza económica de relevancia internacional. Este logro no solo resalta los éxitos pasados, sino que también destaca el potencial continuo para un futuro económico prometedor.