México enfrenta una gran crisis ambiental, ya que solo ha conservado el 26.9 % de los paisajes prioritarios para el jaguar, una de las especies más emblemáticas de América Latina, según un informe de la WWF presentado recientemente. Este porcentaje es alarmantemente bajo en comparación con otros países latinoamericanos como Bolivia y Colombia, donde la cifra llega al 62%.
El informe, titulado Conectando Puntos: El impacto socioeconómico de los hábitats del jaguar en Latinoamérica, fue presentado por María José Villanueva, coordinadora de Conservación de Latinoamérica y el Caribe en WWF, en el marco del Día Internacional del Jaguar, el 29 de noviembre. Villanueva destacó que la pérdida y fragmentación del hábitat, junto con la expansión de actividades humanas como la agricultura y la urbanización, siguen siendo las principales amenazas para la especie en México.
En su presentación, Villanueva señaló que, a nivel global, se está viviendo una «grave crisis» de pérdida de biodiversidad. De acuerdo con el informe, el 95% de las especies de vertebrados en Latinoamérica están en declive, lo que resalta la urgencia de implementar medidas de conservación efectivas. En este contexto, la conservación del jaguar no solo es crucial para la supervivencia de la especie, sino también para el bienestar de los ecosistemas de los que dependen miles de personas.
El valor de los paisajes prioritarios para el jaguar
El reporte de WWF también destaca la importancia económica y ecológica de los paisajes prioritarios para el jaguar. Estos 15 paisajes, que abarcan más de 244 millones de hectáreas en 14 países de América Latina, generan anualmente una actividad económica de más de 708 mil millones de dólares, a través de sectores como el comercio, el transporte y la banca. Estos paisajes no solo son vitales para la preservación del jaguar, sino que también proporcionan servicios ecosistémicos esenciales, como el suministro de alimentos, agua limpia y la estabilidad climática.
De acuerdo con el reporte, por cada hectárea de estos paisajes, se generan entre 15,800 y 22,200 dólares anuales en servicios ecosistémicos. Estos beneficios indirectos son esenciales para 62 millones de personas que dependen de estos recursos para su supervivencia y desarrollo económico. Villanueva subrayó la necesidad urgente de invertir en el sector ambiental para garantizar la conservación de estos valiosos paisajes, argumentando que sin la protección de los servicios ecosistémicos, la actividad económica de la región estaría en grave riesgo.
El camino hacia la conservación efectiva
Para enfrentar estos desafíos, la WWF hace un llamado a mejorar las estrategias de conservación, enfocándose en la colaboración entre gobiernos, pueblos locales y organizaciones para desarrollar proyectos que incluyan la biodiversidad en su planificación. Villanueva instó a los responsables de la toma de decisiones a considerar la biodiversidad como un activo esencial para el desarrollo económico y a trabajar en políticas que integren la conservación del jaguar y otros ecosistemas clave.
El reporte también incluye estudios de caso de cinco paisajes clave: la Selva Maya en México, la Cuenca del Bajo Pastaza en Ecuador, el Suroeste de la Amazonía en Bolivia, el Pantanal en Paraguay y Misiones-Alto Paraná en Argentina. Estos estudios ofrecen una visión local de la importancia de estos hábitats tanto para la conservación de la biodiversidad como para las comunidades humanas que dependen de ellos.
En conclusión, la preservación del jaguar y sus hábitats en México no solo es una cuestión de conservación de una especie en peligro, sino también de salvaguardar los servicios ecosistémicos que sostienen a millones de personas. Sin una inversión significativa y un enfoque integral que considere tanto la biodiversidad como el desarrollo económico, el futuro de estos paisajes y de la región en general está en peligro.