CDMX, 22 de septiembre de 2023.- Ayer entró en vigor la histórica prohibición en México de ácidos grasos trans de origen industrial para la elaboración de aceites, grasas comestibles y alimentos destinados a la venta al público. Esta medida, que ha sido resultado de modificaciones al artículo 216 bis de la Ley General de Salud aprobadas por el Congreso de la Unión hace 180 días, marca un hito en la lucha por la salud pública.
Durante una conferencia de prensa titulada «Prohibición del uso de grasas trans en la fabricación industrial de comestibles en México,» convocada por la organización Salud Justa MX, el director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud (Cenaprece), Ruy López Ridaura, reveló que los ácidos grasos trans en México son responsables de entre 20,000 y 50,000 muertes al año.
Ruy López Ridaura celebró el logro de México al igualarse con países desarrollados como Estados Unidos, Canadá y gran parte de Europa Occidental al prohibir estos ácidos grasos trans en la fabricación de productos alimenticios. Estos ácidos grasos trans, conocidos como aceites parcialmente hidrogenados o PHO por sus siglas en inglés, eran ampliamente utilizados en la industria alimentaria debido a su capacidad para mejorar el sabor y la vida útil de los alimentos procesados y ultraprocesados.
Sin embargo, su consumo se ha asociado con un mayor riesgo de ateroesclerosis, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares, lo que los convierte en una seria amenaza para la salud pública. Además, su uso en la industria alimentaria ha contribuido al aumento de problemas de salud como el sobrepeso, la obesidad y la diabetes en México.
La Comisión Nacional para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) será la encargada de aplicar la prohibición y las sanciones a aquellos que la violen, incluyendo el retiro del producto del mercado.
La presidenta de la Comisión de Salud del Senado de la República, Lilia Margarita Valdez Martínez, y el secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Joaquín Zebadúa Alva, elogiaron esta medida como un avance crucial en la protección de la salud de la población mexicana y un golpe a las grandes empresas de alimentos procesados que han sido señaladas por su impacto negativo en la salud pública.
Esta prohibición representa un paso significativo hacia la creación de entornos más saludables y la promoción de elecciones alimenticias más beneficiosas para los mexicanos, especialmente las generaciones futuras.