En las últimas tres décadas, México ha experimentado un notable avance en el ámbito tecnológico, impulsado por su ubicación estratégica y su relación económica con una de las potencias más influyentes del mundo. Este progreso tecnológico se ha reflejado principalmente en el sector empresarial, donde las grandes empresas han seguido de cerca las tendencias globales en adopción tecnológica.
La adopción de tecnología entre las corporaciones más grandes de México ha avanzado prácticamente al ritmo de las economías más avanzadas, consolidando al país como un jugador clave en la región. La penetración de Internet y el uso generalizado de dispositivos móviles han colocado a México en una posición ventajosa en América Latina, brindando acceso a una amplia gama de oportunidades económicas y culturales.
No obstante, en medio de estos avances tecnológicos notables, persisten desafíos importantes. Las brechas tecnológicas se hacen evidentes cuando se observa el universo de las pequeñas y medianas empresas (pymes), que a menudo enfrentan dificultades para acceder y adoptar tecnologías de vanguardia. Este contraste subraya la necesidad de esfuerzos adicionales para democratizar el acceso a la tecnología y brindar a las pymes las herramientas y la capacitación necesarias para prosperar en un entorno digital.
Además, las disparidades tecnológicas también se manifiestan entre diferentes segmentos de la población. Aquellos con menores ingresos a menudo enfrentan obstáculos para acceder a Internet y a dispositivos móviles de calidad, lo que puede limitar su participación en la economía digital y en la sociedad en general. La inclusión digital se ha convertido en un desafío crítico para garantizar que todos los mexicanos tengan igualdad de oportunidades en la era de la tecnología.
En resumen, México ha experimentado avances tecnológicos notables que lo han posicionado como un actor destacado en la adopción tecnológica en América Latina. Sin embargo, las brechas tecnológicas persisten en las pymes y entre los segmentos menos privilegiados de la población. Abordar estas brechas es esencial para lograr una mayor inclusión y equidad en la era digital y aprovechar plenamente el potencial tecnológico del país.