CDMX a 8 de marzo, 2023.- Los feminismos en México han protagonizado durante décadas una lucha colectiva que ha logrado importantes avances en materia de derechos, pero que hoy se topa con un presidente que recorta presupuestos de programas que tenían perspectiva de género, que no apoya las causas de las mujeres y que, con pleno desconocimiento histórico, insiste una y otra vez en que el movimiento nació para afectar a su Gobierno.
Esta es una de las principales conclusiones de ‘Mexicanas en pie de lucha. Reportajes sobre el Estado Machista y las Violencias‘, un libro publicado por editorial Grijalbo que compila reportajes de las destacadas periodistas Laura Castellanos, Valeria Durán, Ivonne Melgar, Claudia Ramos, Daniela Rea y Nayeli Roldán.
Cada capítulo está plagado de cifras que sustentan las tesis de las autoras. Pero también hay rostros, nombres, historias personales que demuestran la manera en que las violencias machistas afectan a millones de mexicanas de todas las edades. Porque, bien vale recordarlo: las víctimas no son sólo números.
A lo largo de 284 páginas, la obra permite conocer el retraso en las necesarias (e inexistentes) políticas públicas en materia de cuidados; la historia de los feminismos en México; el distanciamiento entre el movimiento de mujeres y el actual Gobierno; el desglose del presupuesto oficial que evidencia que no hay perspectiva de género; la escala de los feminicidios y las desapariciones; y la transformación del activismo en las calles.
Analiza, además, a un presidente que generó esperanzas en los colectivos feministas al integrar por primera vez un gabinete paritario, pero que muy pronto defraudó al combinar una serie de políticas de Estado que afectan a las mujeres con una interminable sucesión de declaraciones desafortunadas en torno a los feminismos y que han sido un sello de su Gobierno.
Las polémicas y la tensión con el movimiento de mujeres son permanentes. En sus cuatro años de gestión, López Obrador eliminó las estancias infantiles que ayudaban a que las mujeres trabajaran fuera del hogar y los refugios para las víctimas de violencia. En general, las políticas con perspectiva de género han sufrido ajustes presupuestales como parte de la «austeridad» impuesta por el mandatario.
Durante sus conferencias mañaneras, López Obrador llegó a decir que el 90 % de las llamadas al 911 por violencia de género eran falsas; se refirió a «la simulación del feminismo»; se definió «como humanista, no feminista»; criticó las marchas de mujeres; les pidió que no pintaran las paredes; puso vallas en el Palacio Nacional para evitar que plasmaran consignas; las calificó de «conservadoras» y «violentas»; aseguró que el feminismo en México era algo «nuevo», que había nacido «dos años antes» para oponerse a su Gobierno; y defendió a un senador oficialista acusado de violación.
En resumen, el presidente criminalizó a los feminismos y los colocó del lado de sus adversarios.
Aclaraciones
En el prólogo de ‘Mexicanas en pie de lucha’, la escritora Alma Delia Murillo le responde a López Obrador.
«Las mujeres no estamos organizadas contra un Gobierno en particular, no tenemos una agenda oculta para perseguir al presidente en turno, como ha sugerido tantas veces Andrés Manuel. Esta batalla lleva más de 40 años si la acotamos a un periodo contemporáneo. No se trata de una afinidad o un rechazo partidista», aclara.
Nayeli Roldán se suma a las acotaciones. El feminismo en México, dice en la introducción, «no nació para ser ‘opositor’ de un político, ni somos ‘infiltradas’ como han dicho algunos para atacarnos».
También precisa que tener un gabinete paritario no es sinónimo de feminismo si el poder lo concentra un solo hombre; y que si una política pública no está en el presupuesto es demagogia. «En 2020 recortaron 73 % el presupuesto para investigar los delitos cometidos contra las mujeres», ejemplifica.
En su reportaje ‘Sostener la vida: el retroceso que trajo la pandemia’, Daniela Rea se enfoca en los trabajos domésticos y de cuidados, una labor que, en México, realizan 90 millones de personas mayores de 12 años que no reciben remuneración alguna. El 71 % son mujeres.
Sin estas tareas fundamentales, la sociedad no podría funcionar, pero sigue sin haber políticas públicas en la materia. El Estado destina apenas el 0,1 % del Producto Interno Bruto (PIB) a los cuidados, aunque los cuidados no remunerados representan el 22,8 % del PIB. «Evidentemente esto no está bien. En esa ecuación, alguien está ganando. Y no son las mujeres«, advierte.
Historia
En el capítulo ‘Mujer / escucha / esta es tu lucha’, Claudia Ramos ofrece un recuento histórico de las luchas feministas en México, desde las pioneras que en 1953 lograron el derecho al voto y en 2014 lograron la Ley del Divorcio; hasta los hitos alcanzados en 2018, cuando se instaló el primer Congreso paritario de la historia; y en 2021, cuando la Suprema Corte declaró inconstitucional la penalización del aborto.
También recuerda la trascendencia que tuvo la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer que Naciones Unidas realizó en México en 1975; las primeras marchas en favor de la legalización del aborto; y la paulatina construcción del andamiaje burocrático en favor de las mujeres, que tuvo un punto culminante en 2001, con la creación del Instituto Nacional de las Mujeres.
Ramos subraya la importancia que ha tenido la transversalidad política en una lucha compartida por mujeres de todos los partidos. Premisa que retoma Ivonne Melgar en un reportaje en el que se pregunta si el Gobierno de López Obrador será feminista…o si ya no lo fue.
Melgar destaca en particular el papel de Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y precandidata presidencial que, en aras de sus intereses políticos, optó por distanciarse de los feminismos.
«Esa condicionante de Sheinbaum de abrazar las causas de género sólo si son parte de la autoproclamada Cuarta Transformación (la manera en que López Obrador define a su Gobierno) fue entendida como un punto y aparte entre las feministas históricas», explica la periodista, quien agrega que la construcción de políticas públicas con perspectiva de género se interrumpió en esta gestión y que el mandatario rompió con las organizaciones de la sociedad civil que, desde 1996, habían sido sus promotoras y artífices.
En el medio, López Obrador les reclamó a las feministas que nunca hubieran luchado contra el sistema corrupto que generó la impunidad y la impunidad en el país (lo que es inexacto). En suma, el vínculo está marcado por la tensión y la polarización que el presidente exacerba a diario.
Sin recursos
En su reportaje, que tiene un título más que elocuente, ‘Sin presupuesto de género, el golpe que viene del gobierno», Nayeli Roldán explica que las mujeres mexicanas perciben salarios hasta un 33 % menores a los de los hombres, pero invierten el doble de tiempo en las tareas de cuidado.
Y aporta más datos. En 2021, por ejemplo, se destinó apenas un 2,0 % del presupuesto nacional a la partida que debe ser usada para disminuir las brechas de desigualdad de género. Si bien a ningún Gobierno le importaron demasiado estas políticas, con López Obrador están todavía más en retroceso.
«Las mujeres resolvemos siempre, pero el Estado tendría que hacer su parte. Aunque el presupuesto de género no es la única solución, sí importa que los gobiernos lo pongan como prioridad. Que cuando repartan el dinero público, tengan claro que las mujeres aportamos más y requerimos más. Necesitamos que el Estado nos regrese en servicios y políticas públicas la proporción que generamos a este sistema económico. Esa es también la igualdad que buscamos. La que merecemos», concluye la periodista.
‘Feminicidios: justicia ciega’, es quizá el capítulo más crudo del libro. Aquí Valeria Durán recuerda con extremo detalle crímenes conmocionantes y explica que, recién en 2017, el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública incluyó el feminicidio y el aborto en las cifras públicas que transparentaron un sistema de información. Ese mismo año se reconoció la tipificación del feminicidio en todo el país.
Para 2021, 31 de los 32 estados que hay en México ya habían incorporado las causales que diferencian un homicidio doloso de un feminicidio. Pero la tragedia no cesa en un país en el que 11 mujeres son asesinadas cada día, en promedio.
«En México el feminicidio no sólo es perpretado por una persona, sino que también es encubierto por las negligencias de un sistema judicial. Son estas fallas en el correcto actuar de las autoridades las que permiten que en México 93 % de los feminicidios terminen en la bolsa de la impunidad», denuncia.
Revolución de activismos
Por último, en el capítulo ‘Que tiemble el Estado’, Laura Castellanos nos muestra la manera en que «las morras» (modismo mexicano que se refiere a las mujeres) están transformando (y radicalizando) los activismos.
«Han hecho trepidar al aparato del Estado al realizar acciones directas: formas de acción disruptivas y ajenas a la institucionalidad dominante, a veces violentas, usadas como expresión de disconformidad o emancipación: pintas a monumentos, cristalazos, cierre de vialidades, ‘performances’ o actos simbólicos, apropiación de planteles educativos y destrozos o quema de oficinas públicas o de inmobiliario del transporte públicos», enumera.
Como ejemplo más emblemático, cuenta la forma en que reconvirtieron el exmonumento a Cristóbal Colón, que estaba en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, en la Glorieta de las Mujeres que Luchan: «La Glorieta expone, en la avenida más legendaria y exclusiva del país, la impunidad, la negligencia y omisión del Estado mexicano ante la crisis de violencia de género».