La menopausia, esa etapa natural en la vida de las mujeres, está causando revuelo en las oficinas mexicanas. Y no, no es por los bochornos, sino por el silencio ensordecedor que la rodea. Resulta que este «secreto a voces» se ha convertido en el mayor obstáculo para la equidad laboral. ¡Agárrate, que esto se pone bueno!
Imagínate esto: llegas a la chamba después de una noche de insomnio, y ¡zas! Te agarra un sofoco en plena junta. Tus compañeros te miran raro y alguien suelta un chistecito sobre tu edad. Pues bien, esta es la realidad de muchas morras que están pasando por la menopausia.
En México, tenemos 24 millones de mujeres en esta etapa, y para el 2030 seremos 27 millones. Pero ojo, el 80% de la raza no tiene ni idea de qué onda con esto.
Este desconocimiento no solo afecta a las mujeres, sino también a las empresas. En otros países ya se dieron cuenta que la menopausia les está costando un dineral en productividad perdida. Acá en México, aunque no tenemos números exactos, se nota que estamos perdiendo un chorro de talento femenino entre los 45 y 55 años.
Graciela Rojas, la mera mera de «Sin Reglas», nos cuenta que hablar de menopausia en el jale es como jugar a la ruleta rusa. Te expones a burlas, juicios y hasta comentarios paternalistas. Imagínate que el 11% de las morras mayores de 39 han recibido bromas pesadas sobre su edad, y al 5% ya ni les hacen caso porque creen que «ya no le entienden a la tecnología».
Los síntomas de la menopausia no son cosa de risa. Insomnio, pérdida de memoria y bochornos son solo la punta del iceberg. Y mientras en otros países ya están poniendo licencias especiales y hasta le están moviendo a los espacios de trabajo, acá en México apenas el 12% de las mujeres dice que en su chamba hay políticas para esta etapa.
Muchas morras están tirando la toalla y renunciando a sus chambas. Aunque digan que es por «motivos personales», la neta es que el sistema no está diseñado para ellas. Es como si les dijeran: «Gracias por tus años de experiencia, pero ya no nos sirves».
Graciela Rojas nos da el tip: hay que romper el silencio y empezar a hablar de esto sin pena. En otros países ya están implementando programas chidos como «Menopause Friendly Workplace», y acá en México, organizaciones como «Sin Reglas» están echándole todos los kilos para visibilizar el tema.
La menopausia no es el fin del mundo, ni mucho menos el fin de una carrera. Es hora de que las empresas mexicanas se pongan las pilas y empiecen a ver esto como una oportunidad para retener talento valioso. Al final, una morra con experiencia y sin miedo a los bochornos puede ser tu arma secreta en los negocios.