El mundo del entretenimiento digital se sacude con las recientes acusaciones contra el influencer y actor de doblaje Memo Aponte. Dos de sus exnovias han revelado detalles escalofriantes sobre presunto maltrato animal y abuso psicológico durante sus relaciones con el youtuber.
En una entrevista con el podcast «Un tal Fredo», Mónica y Shadia, expareja de Aponte, destaparon una serie de comportamientos alarmantes del creador de contenido. Las jóvenes no solo hablaron de manipulación y violencia emocional hacia ellas, sino que también expusieron casos de crueldad animal que han dejado a la audiencia en shock.
Según los testimonios, Aponte habría mostrado actitudes agresivas hacia sus mascotas de forma recurrente. Shadia relató un incidente particularmente perturbador:
«La perrita se había comido el control de la tele. Le dije a Memo y le cambió la cara. Agarró las llaves y empezó a pegarle horrible a la perrita. Esto lo hacía siempre. La perrita se hacía pipí del miedo nada más de que gritaba. Una vez la azotó en el piso horrible».
Pero el maltrato no se limitaba a la violencia física. Las exnovias afirman que Aponte drogaba a sus perros para mantenerlos tranquilos. «Les daba gotas de marihuana», aseguró Shadia en el podcast. Esta práctica, además de ilegal, representa un grave peligro para la salud de los animales.
La indignación no se ha hecho esperar. Las redes sociales se han llenado de mensajes pidiendo justicia y una investigación exhaustiva sobre estas acusaciones. Muchos usuarios exigen que se le retiren las mascotas a Aponte y que enfrente consecuencias legales por sus acciones.
Las acusaciones contra Aponte no se limitan al trato hacia los animales. Mónica y Shadia también hablaron de abuso psicológico, manipulación y comportamientos controladores durante sus relaciones con el influencer. Estos testimonios pintan un cuadro preocupante de la personalidad del youtuber detrás de cámaras.
Este caso ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de los influencers y la necesidad de tomar en serio las acusaciones de maltrato, sea hacia humanos o animales. Las autoridades aún no se han pronunciado, pero la presión pública podría llevar a una investigación formal.
El escándalo de Memo Aponte nos recuerda la importancia de alzar la voz contra el abuso en todas sus formas y la necesidad de proteger a quienes no pueden defenderse por sí mismos, incluidos nuestros amigos de cuatro patas.