En un evento que prometía ser una muestra de unidad política y apoyo mutuo, la tensión estalló en Querétaro cuando el gobernador local, Mauricio Kuri, fue objeto de un rechazo estruendoso por parte del público. La ceremonia, que contaba con la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la presidenta electa Claudia Sheinbaum, se tornó en un escenario de discordia y descontento.
Desde el inicio de la intervención de Kuri, los asistentes no escatimaron esfuerzos en mostrar su desagrado. Las consignas de “¡Fuera Kuri!” y “¡Ratero!” resonaron con fuerza, mientras la multitud clamaba por la revocación de su mandato. La atmósfera se cargó de tensión con gritos que hicieron eco de un descontento palpable, particularmente en relación con la gestión de la infraestructura vial en la región, como lo evidenciaron las frases “Ahí te encargo la 5 de Febrero”.
El rechazo hacia Kuri fue tan intenso que tanto AMLO como Sheinbaum tuvieron que intervenir para calmar a la multitud y permitir que el gobernador pudiera dirigirse al público. En su discurso, Kuri no solo expresó su apoyo al gobierno entrante de Sheinbaum, sino que también agradeció el respaldo de AMLO hacia Querétaro, en un intento de desactivar la creciente hostilidad.
Sheinbaum, por su parte, aprovechó la ocasión para defender a Marcelo Ebrard frente a comentarios confusos de Trump, destacando lo que AMLO calificó como una muestra de su autoridad moral y política. La intervención de Sheinbaum no solo buscó acallar la tensión, sino también consolidar su posición como líder firme y resolutiva.
El evento en Querétaro se convirtió en un claro reflejo de las fricciones políticas que marcan el panorama actual, mostrando cómo las pasiones y el descontento ciudadano pueden transformar una reunión política en un campo de batalla. La respuesta del público a Kuri es un recordatorio contundente de que, en el ámbito político, la percepción y la gestión de los problemas locales juegan un papel crucial en la estabilidad y el apoyo popular.