Por Juan Pablo Ojeda
El fin de semana, la violencia tocó nuevamente las calles de Villahermosa, Tabasco, cuando un ataque armado en un bar dejó un saldo de siete muertos y cinco heridos. El gobernador de la entidad, Javier May, abordó el tema en una conferencia de prensa, atribuyendo la masacre a una disputa entre dos grupos rivales que buscan controlar el negocio de la venta de drogas en la región.
“La lucha que se está teniendo ahorita al interior de estos dos grupos, que se están enfrentando porque cambiaron algunos de proveedor, estaban con una facción y ahora se movieron a otra, es como un ajuste de cuentas”, explicó May, señalando que los agresores dejaron un mensaje en el lugar de los hechos, lo que refuerza la hipótesis de que se trata de un conflicto entre bandas delictivas.
El mandatario estatal agregó que las autoridades están trabajando para evitar más enfrentamientos y que se está actuando enérgicamente para dar con los responsables. “Esta es una lucha de todas y de todos, nosotros estamos tratando de que no enfrenten entre ellos, aunque ya tenemos varias líneas de investigación. Estamos actuando y vamos a actuar, porque va a haber cero impunidad”, aseguró May, destacando el compromiso del gobierno de Tabasco por no permitir que el crimen quede impune.
Por su parte, el fiscal estatal, José Barajas, brindó más detalles sobre el bar atacado. Según informó, el establecimiento conocido como «La Casita Azul» operaba de manera clandestina, sin contar con los permisos legales para funcionar como bar. De hecho, aclaró que el lugar era una casa habitación de tres plantas, cuya planta baja se utilizaba para actividades ilícitas, lo que complicaba la identificación de los involucrados en el negocio.
El ataque armado, que ocurrió el pasado sábado, dejó una estela de horror en la colonia Tamulté de las Barrancas de Villahermosa. Las autoridades confirmaron que siete personas perdieron la vida en el ataque, mientras que cinco más resultaron heridas, algunas de las cuales se encuentran en estado grave, con pronóstico reservado.
Este trágico suceso refleja la creciente violencia vinculada al crimen organizado en el estado de Tabasco, donde los ajustes de cuentas entre bandas del narcotráfico y la falta de control sobre negocios clandestinos como el de los bares ilegales, siguen siendo problemas difíciles de erradicar.
Mientras tanto, la investigación continúa para esclarecer los hechos y desmantelar a los responsables de la masacre. A pesar de la promesa de «cero impunidad», el camino hacia la pacificación de Tabasco parece estar plagado de desafíos que, por el momento, parecen lejos de resolverse.