Por Bruno Cortés
El senador del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, ha causado revuelo al criticar la reciente afiliación de su ex compañero de bancada, Miguel Ángel Yunes Márquez, al Movimiento Regeneración Nacional (Morena). El exgobernador de Veracruz, quien en su momento apoyó la reforma al Poder Judicial, fue recibido por el partido oficialista en medio de un proceso legislativo en el que Cortés se mostró desconcertado, e incluso indignado, por las circunstancias que rodean este ingreso a las filas de Morena.
En una entrevista con medios de comunicación, Cortés expresó que la afiliación de Yunes Márquez no solo es inapropiada, sino que también constituye un delito, ya que el Senado no debería ser un «lugar para hacer campaña partidista», sino un espacio de trabajo legislativo donde se deben discutir temas nacionales y no hacer labores de afiliación política. Según el panista, el Senado es una «oficina pública», no un «dominio de partido», y no se puede utilizar el espacio para esos fines.
La declaración de Cortés fue tajante: “Es un delito que hayan venido al Senado de la República a afiliar a alguien”. En su opinión, la afiliación de Yunes Márquez a Morena refleja una violación clara de las leyes, además de ser parte de una estrategia de cooptación de senadores opositores por parte del gobierno. Según el legislador panista, este tipo de prácticas distraen a Morena de los problemas más graves que enfrenta el país, como la migración, la salud, el comercio y la seguridad.
Cortés también se refirió a la forma en que Morena ha utilizado los programas sociales del gobierno federal para fortalecer su base de apoyo, sugiriendo que el uso de recursos públicos con fines partidistas puede constituir un desvío de dinero para fines electorales. En sus declaraciones, dejó claro que la militancia de Morena parece estar vinculada principalmente a los beneficiarios de los programas sociales, lo que, según él, podría ser una forma de manipulación política.
Este cruce de acusaciones entre el PAN y Morena refleja la creciente tensión política que se vive en el Senado, donde las estrategias de afiliación y las críticas sobre la utilización de recursos públicos se han vuelto un tema recurrente en la agenda pública.