Mario Aburto Martínez, conocido por ser el asesino confeso del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio en 1994, ha iniciado un nuevo capítulo en su larga batalla legal. Esta vez, el foco se centra en un juicio de amparo contra la Fiscalía General de la República (FGR) por descartar el ejercicio de acción penal ante las alegaciones de tortura que Aburto ha sostenido que sufrió post-arresto.
El 15 de marzo, la defensa de Aburto presentó una demanda ante el Juzgado Segundo de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México. El objetivo: impugnar la decisión de la FGR que, a finales de febrero, informó a la jueza Paloma Xiomara González la falta de evidencia para sostener que Aburto fue víctima de tortura tras su detención.
Esta decisión de la FGR llegó después de revisar los detalles de la detención y traslado de Aburto a la Ciudad de México, concluyendo que no existieron actos de tortura. Este episodio se inscribe en el contexto del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, ocurrido el 23 de marzo de 1994, al término de un evento político en Tijuana, Baja California.
Desde el 28 de noviembre de 2023, Aburto ha sido notificado sobre la consulta realizada por la Fiscalía Especial de Investigación del Delito de Tortura en la averiguación previa 2080/94, que determinó la inexistencia de tortura durante su detención. A pesar de estos hallazgos, Aburto y su defensa buscan un nuevo examen de su caso, apelando a la justicia federal para reabrir la investigación sobre sus denuncias de maltrato y coacción para autoincriminarse como el homicida de Colosio.
La denuncia de Aburto también ha llegado a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), donde afirmó haber recibido amenazas para asumirse como el único responsable del asesinato de Colosio.