La Crolumna/Javier Macías García
Marcha, un striptease público del conservadurismo: AMLO
Era una fiesta de ciudadanos, de organizaciones civiles y partidos políticos de oposición. Miles de personas, de más de 40 ciudades del país, se congregaron para defender al Instituto Nacional Electoral (INE). Pero, como en toda fiesta, no faltan los críticos, los envidiosos y quienes presumen que lo han hecho mejor.
Nadie tenía idea de la magnitud del evento. No obstante, durante la semana pasada, el gobierno, su movimiento y partidos aliados, apostaban al fracaso. Y, para desalentar la participación ciudadana, el presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió contra los organizadores a quienes calificó de “clasistas, “racistas”, “hipócritas”, “cretinos”, “ladinos”, “corruptos”, “corruptazos”, “rateros”, “deshonestos”, “inmorales”, “ladinos”, “neoliberales”, “conservadores”, “sabiondos”, “simuladores”, “fifís”, “aspiracioistas”, “abyectos”, serviles, “barberos” y “lambiscones.
Este lunes, el mandatario arreció el ataque. Calificó a la marcha como “un striptease público del conservadurismo”. Dijo que, pese a la campaña, en la Ciudad de México, sólo asistieron 50, 60 mil manifestantes. Retó a los organizadores a que en la siguiente marcha ya vayan al Zócalo, porque ayer “no hubiesen llenado ni la mitad”. Y, como sostuvo en los cinco días anteriores, la defensa del INE es sólo una excusa, porque, en el fondo, están en contra de la 4T. “Lo hicieron a favor de los privilegios, a favor de la corrupción, a favor del racismo, a favor del clasismo, de la discriminación”.
Como suele suceder en estos casos, al descalificar a los organizadores, al criticar la marcha y tratar de desalentar la participación ciudadana, hicieron que se enteraran miles de personas, que ni sabían que habría una manifestación en defensa del INE. El mandatario, su movimiento y partidos aliados, se convirtieron en parte fundamental de la promoción.
López Obrador, el representante de Morena ante el Consejo General del INE, Mario Llergo, y el coordinador de la bancada de ese partido en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, entre otros, intentaron descalificar al expresidente consejero del entonces IFE, José Woldenberg, el único orador en la concentración.
Llegó el esperado día, y la asistencia de ciudadanos superó las expectativas de los organizadores. Y, como sucede en esas manifestaciones, los organizadores inflan los números y el gobierno los baja. Así, los primeros calcularon que participaron más de 100 mil personas; mientras el secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, se los bajó estrepitosamente: asistieron entre 10 mil y 12 mil. Hoy, el jefe del Ejecutivo Federal dijo que sólo estuvieron 50, 60 mil personas.
A Batres lo tundieron en redes sociales. Algunos recordaron que calculó ese mismo número de personas, en ese mismo espacio, durante la presentación del informe de gobierno de Claudia Sheinbaum, hace apenas unos días. Las fotografías entre ambos eventos no tienen comparación. La de este domingo 13 de noviembre fue mucho mayor. Empero, el funcionario capitalino no bajó su tuit: “Desde el Centro de Monitoreo dimos seguimiento a la movilización de hoy contra la reforma electoral. Asistieron entre 10 mil y 12 mil personas. Se reporta saldo blanco”.
El diputado Ignacio Mier se fue contra el único orador de la manifestación: “El discurso de Woldenberg fue una pieza de demagogia, mentiras y manipulación, o simplemente una brutal distorsión de la realidad, producto de un narcisismo supino. En todo caso, eran más años de cárcel juntos Fox, PRIANRD y compañía, que los asistentes a la escenificación”.
El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, fue más allá. Difundió un comunicado, en el que aseguró que quienes están en contra de la reforma electoral del presidente López Obrador, “en realidad desprecian el anhelo del pueblo de México de vivir en una auténtica democracia”.
Dijo que “el gran error de la oposición es subestimar a la gente, creer que no tiene criterio, que no está informada ni politizada y que no tiene la madurez política suficiente para ser partícipe de las decisiones más importantes para nuestra nación. Hecho que, únicamente, refleja su clasismo porque el pueblo ya despertó y es más capaz que muchos de la derecha”. Para él, el pueblo son los que coinciden en su narrativa y, con ello, descalifica a los miles de personas que este domingo salieron a las calles.
Delgado aseveró que al momento de votar dicha reforma, los diferentes grupos parlamentarios tendrán la oportunidad de decidir si están del lado de la gente o responden a los intereses de aquellos que quieren regresar al pasado, “un pasado donde podían cometer fraudes electorales, manipular el voto para favorecerse y seguir saqueando a nuestro país”.
Las corcholatas Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López no difundieron comentario alguno, a través de sus redes sociales. Los tres sólo le enviaron una felicitación al presidente López Obrador con motivo de su cumpleaños. Era obvio, no tenían línea del mandatario ni del vocero, Jesús Ramírez.
Sin embargo, otros aduladores del morenismo estuvieron muy activos en redes sociales. Criticaron el hecho de que no llegaran al Zócalo capitalino; que sólo asistió “gente bonita”, descalificaron a Woldenberg y difundieron una nota de la entonces reportera Rosa Icela Rodríguez, de cómo llegó a ocupar la presidencia del entonces IFE.
De las pocas voces moderadas sobre la marcha fue la del Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado de la República. Este domingo, escribió en sus redes sociales: “Las expresiones ciudadanas que hoy se manifestaron nos deben llamar a la reflexión serena. A nadie deben extrañar ni menos ofender; es la democracia y es la libertad. Es el México vivo”.
Durante la semana, hizo otros comentarios, muy en su narrativa de reconciliación. Por ejemplo, en una videocolumna, señaló que el debate y la discusión en las próximas semanas, seguramente, van a generarse con país entre los integrantes del Senado. No obstante, invitó a los legisladores a debatir, cada uno con su razón y sus argumentos, “no con insultos, no con diatriba”.
Señaló que esta semana tuvo una serie de contradicciones y polarización sobre la reforma electoral entre quienes están en favor y quienes no lo están, la cual finalizará con una marcha que habrán de hacer quienes están protegiendo o defendiendo al Instituto Nacional Electoral.
“Pero, en la marcha convocada, me parece que es normal que se haga, quienes no coinciden con la reforma”, asentó el legislador. En ese sentido, aseveró que su movimiento siempre se mantendrá como defensor de la libertad de expresión y de manifestación.
Los dirigentes y legisladores de los partidos de oposición, al participar en la marcha y manifestación, convocada por la sociedad civil, también deben asumir el compromiso que, en el debate y, en su caso, votación sobre la reforma electoral, representen a las miles de voces, que se expresaron este domingo en las calles. En particular, a los legisladores del PRI, quienes dieron la espalda, en la reforma constitucional, con la que se amplió la permanencia de las Fuerza Armadas en las calles.
Fue una breve fiesta, pero en la que estuvieron al pendiente gobiernos y representantes de Morena, quienes sin querer, con sus críticas, descalificaciones y su idea de minimizar la marcha, también fueron un factor importante en su difusión.