Por Juan Pablo Ojeda
La marcha por el décimo aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que se llevó a cabo en la Ciudad de México bajo el lema “¡Una década de impunidad!”, culminó en actos vandálicos que afectaron a al menos 30 negocios y establecimientos. La movilización, encabezada por padres de los desaparecidos y estudiantes de la Escuela Normal Rural ‘Raúl Isidro Burgos’, comenzó de manera pacífica con consignas de justicia en el trayecto del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino.
Sin embargo, la situación se tornó violenta cuando un grupo de encapuchados, presuntos miembros del ‘Bloque Negro’, se unió a la protesta. Armados con marros, pintura en aerosol y bombas molotov, causaron destrozos en cafeterías, tiendas de ropa, tiendas de conveniencia, hoteles y sucursales bancarias, entre otros. La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la CDMX informó que alrededor de 100 personas participaron en estos actos vandálicos, que también afectaron estaciones del Metro y Metrobús.
Una vez en el Zócalo, los encapuchados arrojaron bombas molotov contra las vallas que rodean Palacio Nacional, además de vandalizar las cercas con consignas en contra del Gobierno Federal. A pesar de la violencia, la SSC-CDMX destacó que no hubo enfrentamientos directos con los manifestantes pacíficos ni con los encapuchados.
Este evento subraya la tensión social en torno al caso de Ayotzinapa, que sigue siendo un tema de gran relevancia y dolor para muchas familias en México, mientras las autoridades buscan garantizar la seguridad durante las movilizaciones.
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