Por Juan Pablo Ojeda
Desde Cuernavaca, Morelos, el futuro secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, ha salido al paso de las preocupaciones expresadas por el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, respecto a la reforma al Poder Judicial promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador. En un acto lleno de simpatizantes, Ebrard defendió la reforma y subrayó que no debería poner en riesgo las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos, específicamente el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
Ebrard, quien también fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México, no se contuvo y respondió directamente a Salazar en su discurso. Utilizando incluso el inglés para enfatizar su punto, preguntó: “What are you talking about, dear Ken?” (¿De qué estás hablando, querido Ken?), mientras desafiaba la visión del embajador. Ebrard argumentó que la reforma no debe ser vista como una amenaza para la democracia, aludiendo a la experiencia histórica de Estados Unidos, que ha tenido sistemas similares desde 1830 para fortalecer su democracia.
El comentario de Ebrard se da en un contexto donde la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también se unió a la defensa de la reforma, destacando que en muchos estados de EE.UU., los jueces son elegidos por voto popular. Esta perspectiva, compartida por Ebrard, cuestiona la crítica de Salazar, quien ha señalado que la reforma podría afectar negativamente la relación comercial entre los dos países y el clima de inversión en México.
La controversia comenzó el pasado 22 de agosto, cuando Ken Salazar expresó su preocupación sobre la reforma al Poder Judicial, que está en proceso de discusión y aprobación en el Congreso mexicano. Salazar advirtió que la reforma podría poner en riesgo la relación comercial entre México y Estados Unidos, además de afectar negativamente la estabilidad jurídica necesaria para los negocios. En particular, señaló que la propuesta no garantiza la calidad de los jueces ni su capacidad para manejar disputas comerciales, ya que eliminaría algunos requisitos previos para acceder a cargos judiciales federales.
Además, la inquietud sobre la reforma ha llevado a que empresarios estadounidenses, incluyendo grandes bancos de inversión como Morgan Stanley, revisen a la baja sus recomendaciones sobre México. El banco mencionó que la reforma podría presentar riesgos significativos para la estabilidad de las inversiones en el país, reflejando la incertidumbre que rodea la propuesta.
En respuesta a las críticas de Salazar, el presidente López Obrador envió una nota diplomática al presidente Joe Biden, reiterando su posición sobre la política exterior de México y defendiendo la reforma como un acto soberano. López Obrador recordó que la política de intervención estadounidense ha sido una constante en la historia de América, pero destacó que México está actuando dentro de sus derechos soberanos para implementar cambios en su sistema judicial.
Con la reforma al Poder Judicial en el centro del debate, el gobierno mexicano continúa defendiendo su posición mientras enfrenta críticas tanto a nivel nacional como internacional. La discusión sobre la reforma y sus implicaciones para las relaciones comerciales y jurídicas entre México y Estados Unidos seguirá siendo un tema candente en los próximos meses.