CDMX a 13 de mayo, 2024.- En un momento donde la eficiencia energética y la sostenibilidad se convierten en pilares fundamentales del mercado global, México se encuentra en una encrucijada crítica. La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Marcela Guerra Castillo, ha hecho un llamado contundente para reformar la estrategia nacional en el sector eléctrico. La meta es clara: fomentar la inversión, tanto nacional como extranjera, en la generación, transmisión y distribución de electricidad. Este cambio no solo es necesario para evitar futuros apagones, como los recientes que afectaron a 22 estados, sino también para apoyar el crecimiento del país en un contexto de reindustrialización y nearshoring.
La situación actual es alarmante. De los 232 proyectos planteados por el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN), solo nueve han sido completados. Esto subraya una brecha significativa entre los planes y la realidad, poniendo en riesgo no solo el bienestar de las familias mexicanas, sino también la viabilidad del sector productivo nacional.
El análisis de la Asociación Mexicana de Energía (AME) sugiere que México necesita una inversión de 8 mil millones de dólares anuales durante los próximos quince años en infraestructura eléctrica. La inversión privada emerge como una solución viable ante la insuficiencia del presupuesto federal. Según Guerra Castillo, es esencial que entidades como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) faciliten la integración de nuevas centrales eléctricas, especialmente de iniciativas empresariales.
En el corazón de esta reforma está la necesidad de una competencia libre y transparente en el sector eléctrico. La participación del sector privado no solo mejoraría la capacidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sino que también contribuiría a la producción de energía limpia y económica, crucial para mantener el crecimiento del consumo energético nacional, que se estima aumenta un tres por ciento anualmente.
La visión de Guerra Castillo es clara: “Requerimos un sector eléctrico más competitivo, con tarifas atractivas para los usuarios y una infraestructura moderna que dé el servicio que los mexicanos merecen”. La lucha por un sector eléctrico eficiente y sostenible es, más que nunca, una prioridad nacional.