Por Juan Pablo Ojeda
La manteca y la margarina son dos productos básicos en la cocina, utilizados para freír, hornear o untar. A pesar de compartir algunos usos similares, sus composiciones nutricionales y sus efectos en la salud son muy distintos. Mientras que la manteca ha sido parte de la tradición culinaria, la margarina representa una innovación alimentaria que ha evolucionado para ofrecer alternativas adaptadas a las necesidades nutricionales contemporáneas.
Valor nutricional de la manteca
La manteca, un producto de origen animal, es conocida por su alto contenido calórico. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), por cada 100 gramos, la manteca aporta 717 calorías, de las cuales 81 gramos provienen de grasas. Un aspecto preocupante es que de esos 81 gramos, 51 gramos son ácidos grasos saturados, los cuales se asocian con un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, la manteca contiene 3,3 gramos de ácidos grasos trans, que son aún más perjudiciales para la salud.
En términos de colesterol, la manteca presenta 215 miligramos por cada 100 gramos, lo que podría contribuir al aumento de los niveles de colesterol en sangre. Por otro lado, tiene un bajo contenido de sodio (11 miligramos) y casi nula cantidad de carbohidratos, azúcares o fibra. En cuanto a micronutrientes, la manteca ofrece 60 UI de vitamina D, beneficiosa para la salud ósea, pero su aporte vitamínico es limitado en comparación con otros alimentos.
Valor nutricional de la margarina
Por otro lado, la margarina, producto principalmente de aceites vegetales, también presenta 717 calorías por cada 100 gramos, con una composición de grasas similares a la de la manteca. Sin embargo, su contenido de grasas saturadas es menor, con 15 gramos por cada 100 gramos. Una ventaja significativa de la margarina sobre la manteca es que no contiene colesterol, lo que la convierte en una opción atractiva para quienes buscan reducir su consumo de este compuesto.
La margarina también destaca por su bajo contenido de sodio (2 miligramos por cada 100 gramos) y su escaso aporte de carbohidratos, azúcares y proteínas. Aunque contiene pequeñas cantidades de vitaminas y minerales como vitamina C, calcio y magnesio, su valor nutricional es limitado. A diferencia de la manteca, la margarina no aporta vitamina D ni vitamina B6.
¿Qué es más saludable: manteca o margarina?
La elección entre manteca y margarina ha sido un tema de debate en la nutrición, especialmente en lo relacionado con la salud cardiovascular. Según Mayo Clinic, la manteca, debido a su alto contenido de grasas saturadas, está vinculada a un mayor riesgo de enfermedades del corazón, ya que puede elevar el colesterol LDL (conocido como colesterol malo). En contraste, la margarina, que se fabrica a partir de aceites vegetales ricos en grasas insaturadas, es más benévola para la salud cardiovascular, especialmente cuando reemplaza a las grasas saturadas.
Sin embargo, es importante destacar que no todas las margarinas son iguales. Algunas versiones, especialmente fuera de Estados Unidos, contienen grasas trans, las cuales son muy perjudiciales para la salud. Las margarinas sin grasas trans, y aquellas que están formuladas con aceites vegetales insaturados, son las opciones más recomendables para quienes buscan cuidar su corazón.
En resumen, aunque la manteca es un producto natural, su alto contenido de grasas saturadas la convierte en una opción menos saludable que la margarina. No obstante, la margarina también es un producto ultraprocesado, por lo que se recomienda elegir versiones con menos grasas saturadas y sin grasas trans. El consumo moderado de cualquiera de estos productos es esencial para una dieta equilibrada.
Recomendaciones para un consumo saludable
- Alternar opciones: Es recomendable alternar el uso de manteca o margarina con otras fuentes de grasas saludables, como el aceite de oliva, aguacate o frutos secos.
- Revisar etiquetas: Al elegir margarina, verifica que no contenga grasas trans y que su proporción de grasas saturadas sea baja.
- Controlar la cantidad: El consumo de ambos productos debe ser moderado para evitar riesgos de enfermedades cardiovasculares.
En definitiva, tanto la manteca como la margarina pueden ser parte de una dieta equilibrada si se consumen con moderación, pero elegir las versiones más saludables de la margarina puede ser una opción más beneficiosa para la salud cardiovascular.