El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que no suavizará los aranceles impuestos a México, Canadá y China mientras persista el tráfico de fentanilo. Según el secretario de Comercio, Howard Lutnick, estas medidas buscan salvar vidas estadounidenses y continuarán hasta que el mandatario esté satisfecho con los resultados en el combate a esta droga mortal.
En una entrevista para Meet the Press de NBC, Lutnick afirmó que los aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio entrarán en vigor esta semana. México y Canadá, principales exportadores de estos metales, se verán directamente afectados. Lutnick también rechazó los temores de una recesión en Estados Unidos, aunque reconoció que los consumidores podrían enfrentar precios más altos en productos extranjeros.
El asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, señaló que la disputa con Canadá podría resolverse a finales de marzo. Sin embargo, destacó que los aranceles intermitentes reflejan la preocupación de Trump por el contrabando de fentanilo a través de la frontera norte. Hassett enfatizó que esta es una «guerra contra las drogas, no una guerra comercial».
México, como uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, enfrenta un desafío significativo. Aunque el país ha firmado tratados que eliminan aranceles recíprocos, la presión de Trump podría afectar sectores clave de la economía mexicana. Además, el gobierno mexicano ha intensificado campañas para combatir el tráfico de fentanilo y evitar sanciones más severas.
El fentanilo, un opioide sintético altamente adictivo, ha causado miles de muertes en Estados Unidos. La postura de Trump refleja una estrategia de presión internacional para frenar su producción y tráfico. Sin embargo, expertos advierten que estas medidas podrían tensar aún más las relaciones comerciales y diplomáticas con sus socios.