Ciudad de México, 27 de febrero de 2023.- Asegurar una transición justa hacia la electromovilidad, que sea segura e incluyente, es indispensable, aseguró Pawan Mulukutla, director del Programa de Movilidad Limpia y Tecnología en Energía del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) en India.
Lo anterior, debido a la necesidad de garantizar que se compartan los beneficios sustanciales de una transición hacia una economía verde, al mismo tiempo que se apoya a aquellos que pueden perder económicamente, ya sean países, regiones, industrias, comunidades, trabajadores o consumidores, dijo.
El especialista enumeró los componentes que deben integrar esta transición, entre los que destacó:
Permitir la participación de las partes interesadas y el diálogo social entre sindicatos, trabajadores y empresas.
Permitir la inclusión de comunidades locales y grupos demográficos subrepresentados (como las mujeres) entre los beneficiarios de los puestos de trabajo creados en la industria de los vehículos eléctricos.
Asegurar que las comunidades y el desarrollo regional continúen prosperando en todas las áreas y garantizar que la fuerza laboral existente no se vea afectada negativamente, en particular los trabajadores mayores e informales.
Durante su participación en el 2° Foro Nacional de Autoridades sobre Movilidad, que tiene lugar en el marco del 24º del Encuentro Nacional de Autoridades de Movilidad (ENAM), expuso que en India uno de cada 10 personas utiliza autobuses, es decir, 128.6 millones de pasajeros al día.
El transporte, dijo, es responsable de 70 por ciento del consumo de diésel y 99 por ciento del consumo de gasolina, cuando India importa 80 por ciento del petróleo que necesita, lo que no es recomendable, porque se pone en riesgo la seguridad energética. Durante su exposición, advirtió que, para 2050, tan sólo en las emisiones de carga por transporte de carretera crecerá 451 por ciento con respecto a las emisiones de 2020.
“En 2023, la India ha alcanzado un total de 2 millones de vehículos eléctricos, y la meta es que en 2030 el 30% de los nuevos serán eléctricos”, estimó.
En el caso de México, Diana Guzmán, subsecretaria de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), aseguró que, según la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica, al 2050 el cien por ciento de los vehículos deben ser eléctricos, con estaciones de carga cada 5 kilómetros.
“El objetivo es establecer las bases y pautas sobre los requerimientos y prioridades ambientales, técnicas, tecnológicas, financieras, legales, institucionales y administrativas; así como promover esquemas de incentivos que permitan posicionar a nivel nacional la movilidad eléctrica”, dijo.
En una meta más cercana, aseguró que, al 2030, el compromiso es que 50 por ciento de las ventas de vehículos ligeros y pesados serán eléctricos e híbridos eléctricos conectables. Destacó el crecimiento de 24 mil 205 vehículos.
“México alista su primer proyecto para producir baterías con autos eléctricos”, adelantó.
Por su parte, Daniela Rubio, gerente de Vinculación Ciudadana del Directorio de Transporte Público Metropolitano de Chile, destacó la experiencia de la ciudad de Santiago, donde 28 por ciento de la flota de transporte pública es eléctrica y la modernización del sistema es vista como una oportunidad para la incorporación a mujeres operadoras.
Para Angélica Mazorra, gerente técnica de WRI México, la transición energética del transporte hacia la electromovilidad es un proceso que requiere la construcción de un ecosistema y una adecuada gobernanza entre los diferentes niveles y relaciones de actores existentes.
Entre las lecciones aprendidas, dijo, está la transición energética del transporte hacia la electromovilidad es un proceso que requiere la construcción de un ecosistema y una adecuada gobernanza entre los diferentes niveles y relaciones de actores existentes.
Existen retos en términos de financiamiento, de infraestructura eléctrica y baterías, cada contexto es particular (topografía, clima, cultura de los ciudadanos); no existe fórmula perfecta. Además, existen dudas acerca de qué tanto debe participar el gobierno para impulsar la movilidad eléctrica.
Jone Orbea, líder del Programa de Movilidad Eléctrica Latinoamericana y el Caribe, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, dijo que cómo compramos energía a largo plazo, la provisión de vehículos eléctricos, es algo sencillo. El reto es que no hay suficiente oferta en el mercado o la diferencia con combustión interna.
“Hay otros elementos más delicados, estamos trabajando con una tecnología nueva, cómo negociamos las garantías, con los fabricantes, principalmente en el extranjero, son proyectos integrales y no se nos deben olvidar ninguno de los elementos.
“Hay qué ver qué haremos las baterías, cómo cuidar los buses para la economía funcione y entra la analítica de datos, el reto es cómo optimizar los análisis”, dijo.