En los últimos años, la relación entre los humanos y los perros ha cambiado profundamente. De ser compañeros de caza y guardianes de hogares, ahora los perros son miembros de la familia que comparten el sofá y hasta el teletrabajo. Esta transformación en su rol ha llamado la atención de los científicos, quienes observan que los perros están atravesando una nueva fase evolutiva, adaptándose al estilo de vida urbano y familiar del siglo XXI.
Según un estudio encabezado por Brian Hare, profesor de antropología en la Universidad de Duke, y Vanessa Woods, gerente de Puppy Kindergarten en la misma universidad, los perros modernos muestran cambios cognitivos y biológicos que les permiten adaptarse mejor al entorno contemporáneo. Este fenómeno se ha observado especialmente en perros de servicio, que, por su carácter tranquilo y amigable, parecen estar a la vanguardia de una “tercera ola de domesticación”.
De guardianes a compañeros de oficina
A lo largo de la historia, los perros han sido seleccionados por sus habilidades para cazar o proteger, roles que requerían energía y, a veces, desconfianza hacia los extraños. Sin embargo, hoy en día se busca más a un compañero que pueda adaptarse al ritmo de vida actual. En ciudades con espacios reducidos, los perros necesitan ser tranquilos y sociables, características que antes no eran esenciales, pero que ahora son valoradas por los dueños. Los expertos creen que estas nuevas demandas están acelerando la evolución de los perros hacia un perfil más social y adaptable.
Los perros de servicio: un vistazo al futuro canino
El estudio de Hare y Woods resalta el rol de los perros de servicio en esta evolución. Estos perros, seleccionados por su facilidad para socializar y su disposición para obedecer, muestran una capacidad especial para relacionarse con los humanos. Su nivel de cognición social es superior al de la mayoría de los perros domésticos, lo cual podría ser un reflejo de cómo los humanos están moldeando el comportamiento de los perros hacia una adaptación más amigable y calmada.
La domesticación: un proceso en tres fases
La domesticación canina ha pasado por distintas etapas. La primera ocurrió cuando los lobos salvajes se acercaron a los asentamientos humanos, adaptándose para convivir con las personas. Luego, en la Revolución Industrial, la selección se enfocó en la apariencia, creando las razas que conocemos hoy. Ahora, esta “tercera ola” parece centrarse en el carácter, priorizando perros que puedan manejar el estrés de la vida urbana y convivir con otros humanos y animales.
Hare y Woods proponen que, a medida que los humanos continúen buscando compañeros de vida más que guardianes o cazadores, los perros evolucionarán hacia perfiles cada vez más adaptables y sociales. Este cambio podría dar lugar a perros que se sientan tan cómodos en la oficina como en el parque, listos para acompañarnos en cualquier escenario de la vida urbana.
La evolución sigue su curso y, según estos expertos, es probable que en un futuro no muy lejano tengamos compañeros caninos aún más adaptados y amigables, listos para enfrentar los desafíos de un mundo en constante cambio.