Los mosquitos han sido una molestia para los humanos durante siglos, no solo por sus picaduras que causan comezón, sino por su capacidad para transmitir enfermedades como el dengue, Zika, malaria y fiebre amarilla. Aunque usamos repelentes, mosquiteros y ropa para protegernos, un reciente descubrimiento ha revelado cómo estos pequeños insectos logran encontrarnos con tanta precisión.
Hasta ahora, sabíamos que los mosquitos se sienten atraídos por el dióxido de carbono (CO2) que exhalamos y ciertos olores corporales. Sin embargo, científicos de la Universidad de California en Santa Bárbara han encontrado que los mosquitos también utilizan la radiación infrarroja, es decir, el calor que emite nuestro cuerpo, para rastrearnos. Este descubrimiento arroja luz sobre el hecho de que nuestra piel expuesta se convierte en un «señal luminosa» que guía a los mosquitos hembra, que son las únicas que pican, hacia nosotros.
El poder del calor en la caza del mosquito
Los mosquitos poseen sensores infrarrojos en sus antenas, que les permiten detectar el calor. Estos sensores están equipados con una proteína llamada TRPA1, que reacciona a las temperaturas emitidas por el cuerpo humano. En un experimento, los científicos descubrieron que los mosquitos se volvían más activos cuando detectaban una combinación de calor, CO2 y olores humanos. Cuando alguno de estos elementos faltaba, los insectos mostraban menos interés.
Este hallazgo también explica por qué los mosquitos tienden a picarnos en las áreas donde la piel está expuesta y por qué usar ropa suelta es una protección eficaz, ya que dispersa el calor corporal y dificulta que los mosquitos nos detecten.
¿El futuro de las trampas para mosquitos?
Este avance abre la puerta a nuevas formas de controlar las poblaciones de mosquitos. Trampas que emitan calor similar al de la piel humana podrían ser efectivas para atraer y capturar a estos insectos, ayudando a prevenir la propagación de enfermedades en zonas de alto riesgo.
En conclusión, este estudio no solo nos ayuda a entender mejor cómo los mosquitos nos encuentran, sino que también ofrece nuevas estrategias para evitar sus peligrosas picaduras.