Por Ilian Muñoz
El rostro colectivo de la independencia mexicana
La independencia de México, que abarcó desde el Grito de Dolores en 1810 hasta la entrada triunfal del Ejército Trigarante en la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, fue un proceso prolongado y complejo. Aunque Miguel Hidalgo y José María Morelos son los nombres más mencionados en la narrativa oficial, un análisis más profundo revela que otros personajes como Ignacio Allende, Josefa Ortiz de Domínguez, Juan Aldama y Vicente Guerrero fueron determinantes en momentos clave de la lucha.
Hidalgo y el inicio de la rebelión
El sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, considerado el «Padre de la Patria», encendió la chispa del movimiento con el «Grito de Dolores» el 16 de septiembre de 1810. Sin embargo, detrás de este icónico momento estuvo la valentía de Josefa Ortiz de Domínguez, quien arriesgó su vida para alertar a los insurgentes y evitar que la conspiración de Querétaro fuera desmantelada. Su intervención permitió que la rebelión iniciara antes de lo previsto, aunque su papel suele quedar eclipsado en los relatos tradicionales.
Morelos y la formalización del movimiento
Tras la captura y ejecución de Hidalgo en 1811, José María Morelos y Pavón asumió el liderazgo del movimiento insurgente. Su visión fue más allá de la mera independencia, pues articuló un proyecto de nación en los «Sentimientos de la Nación» (1813), donde abogó por la abolición de la esclavitud y la igualdad de clases. Su ejecución en 1815 marcó el inicio de una etapa de guerrillas liderada por figuras como Vicente Guerrero, quien mantuvo viva la lucha en el sur del país.
Iturbide y Guerrero: la alianza inesperada
Uno de los episodios más sorprendentes de la historia fue la alianza entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. Aunque Iturbide había combatido a los insurgentes, su cambio de postura llevó a la firma del Plan de Iguala en 1821, que establecía la independencia bajo el principio de «Religión, Unión e Independencia». Guerrero, defensor incansable de la causa, aceptó esta alianza estratégica, lo que permitió la entrada del Ejército Trigarante a la capital y consolidó la independencia.
Guadalupe Victoria y la transición republicana
Tras la consumación de la independencia, Guadalupe Victoria se convirtió en el primer presidente de México en 1824, simbolizando la transición de un imperio breve al establecimiento de una república. Su liderazgo, enfocado en consolidar la soberanía nacional, también incluyó la creación de la Marina Mexicana, un esfuerzo clave para la defensa de las costas mexicanas.
Ignacio Allende y Juan Aldama: estrategas olvidados
Aunque Miguel Hidalgo es recordado como el iniciador de la lucha, Ignacio Allende fue un líder militar clave que aportó su experiencia táctica para organizar las primeras batallas. Junto a Juan Aldama, participó activamente en la conspiración de Querétaro y fue parte fundamental del liderazgo insurgente hasta su captura y ejecución en 1811.
Josefa Ortiz de Domínguez: la heroína silenciosa
Josefa Ortiz de Domínguez, conocida como «La Corregidora», desempeñó un papel crucial al alertar a Hidalgo y Allende sobre la inminente represión española. Aunque su contribución suele quedar relegada a un papel secundario, su valentía fue determinante para que el movimiento insurgente no fuera sofocado antes de iniciar.
Santa Anna y su papel ambiguo
Un detalle poco conocido es la participación de Antonio López de Santa Anna en la etapa final de la independencia. Aunque más famoso por sus posteriores intervenciones en la política mexicana, Santa Anna se unió a Iturbide en 1821 y persiguió a líderes como Guadalupe Victoria. Su papel, aunque menor en esta etapa, refleja la complejidad de los personajes que moldearon el destino de México.
Una independencia construida por muchos
La independencia de México no fue obra de un solo hombre, sino el resultado de la acción conjunta de líderes visionarios, estrategas militares y ciudadanos comprometidos. Hidalgo, Morelos, Iturbide, Guerrero y Victoria encabezan la lista, pero personajes como Allende, Aldama y Ortiz de Domínguez también dejaron una huella imborrable en la historia del país. Esta visión más amplia y equilibrada permite comprender mejor la diversidad de actores que hicieron posible la libertad de México.