En lo que va de su sexenio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha tomado decisiones polémicas que han provocado confrontaciones entre sus seguidores y la oposición, entre ellas la falta de empleo, caida del PIB, aumento de la inflación, alejamiento con los sectores productivos, entre otras cosas.
Desde la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México hasta el revés que le dieron los diputados con la reforma eléctrica, estos son los desaciertos de AMLO tras su llegada a la silla presidencial en 2018.
Desde aquel 21 de marzo de 2018 de la campaña presidencial a la fecha han pasado más que 1 mil 350 días: también un inicio de sexenio que vaticinaba la llegada de una crisis económica con un crecimiento negativo de 0.1 por ciento, una caída mínima, pero caída al fin.
Luego le seguiría el distanciamiento con la iniciativa privada, especialmente con las principales cámaras empresariales.
Ese primer descalabro no sería nada comparado con lo que vendría después: la pandemia de COVID-19 paralizó la economía mundial y obligó a los gobiernos a replantear no sólo la política económica sino a cambiar muchas de sus decisiones para tratar de contener el impacto sanitario, económico y laboral.
El gobierno de AMLO se empecinó en mantener las cosas como estaban en un escenario completamente diferente. El resultado se tradujo en una caída del 8.2 por ciento del PIB en 2020 y un 2021 con una recuperación que se proyecta por debajo del 6 por ciento, según la última encuesta con analistas de Citibanamex.
A ello se suma el impacto de la inflación que en la primera quincena de noviembre registró su mayor nivel en más de 20 años y superó la meta fijada por el Banco de México de 3 por ciento, al alcanzar 7.05 por ciento, motivada en buena medida por la escasez de productos ante la interrupción de cadenas de suministro globales precisamente por la pandemia.
En tanto, el gobierno de AMLO apostó por mantener los proyectos (Santa Lucía, Dos Bocas, Tren Maya) y programas insignia (Jóvenes construyendo el Futuro, Créditos a la palabra, Sembrando Vida) sin que se crearan programas específicos para tratar de mantener la mayor cantidad de empleos e incluso crear nuevos puestos.
El empleo, un claroscuro
Uno de los indicadores más afectados con la crisis por la pandemia ha sido el empleo, que sufrió una caída de 22.3 por ciento durante el primer mes de la pandemia, pero pronto comenzó a recuperarse.
Para febrero de 2021, se había recuperado 80 por ciento de los empleos perdidos y para octubre pasado se registraron 20.77 millones de empleos dados de alta ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), apenas por arriba de los 20.61 millones que había en febrero de 2020, previo a los cierres de actividades por la pandemia.
No obstante, esta cifra es engañosa si se considera que muchos de los empleos recién creados tienen salarios menores a los que se pagaban previo a la crisis. De acuerdo con datos del propio IMSS, en comparación con los registros anteriores a la pandemia, los trabajadores que reciben ingresos de hasta 3 salarios mínimos crecieron en más de 430 mil, mientras que los niveles de ingresos mayores registraron una caída.