Por Juan Pablo Ojeda
Los San Francisco 49ers demostraron desde el inicio de la temporada que siguen siendo serios contendientes al Super Bowl al aplastar a los Jets de Nueva York con un contundente 32-19. Tras quedarse a las puertas del Super Bowl LVIII, el equipo californiano comenzó con el pie derecho su nueva campaña, mostrando una sólida actuación tanto en ofensiva como en defensiva.
La defensa de San Francisco se destacó desde la segunda serie ofensiva de los Jets, recuperando un balón suelto y convirtiéndolo en los primeros tres puntos del encuentro. Aunque los Jets, liderados por Aaron Rodgers, respondieron con un touchdown, los 49ers mantuvieron el control absoluto del partido durante todo el juego.
A pesar de la baja de su estrella Christian McCaffrey, el esquema ofensivo dirigido por el coach Kyle Shanahan se mostró efectivo. Shanahan desplegó todas sus armas ofensivas, incluyendo a Jordan Manson, quien corrió para más de 100 yardas y fue clave para la victoria. Los 49ers lograron una racha de cinco series ofensivas consecutivas con puntos, lo que puso presión constante sobre los Jets.
La ofensiva de Nueva York se mostró ineficaz, sumando menos de 40 yardas totales. Aaron Rodgers, cargado con la responsabilidad de liderar el ataque, se volvió predecible y fue interceptado al final de la primera mitad, lo que dificultó aún más la remontada de los Jets.
A pesar de los esfuerzos finales de los Jets, con Allen Lazard anotando un touchdown con solo 25 segundos restantes en el reloj, los 49ers aseguraron la victoria con un marcador final de 32-19. La actuación dominante de San Francisco refuerza su estatus como uno de los principales aspirantes al Vince Lombardi.