El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunió hoy en Palacio Nacional con autoridades de la comunidad wixárika y les dio razón en la lucha por el rescate de sus tierras.
Los indígenas caminaron más de 900 kilómetros desde San Sebastián Teponahuaxtlán, en Jalisco, para que el mandatario los recibiera y tratar personalmente con él la solución de problemas en materia agraria.
A través de las redes sociales, López Obrador compartió una fotografía junto a los líderes de esa etnia y aseguró que resolver sus problemas se trata de un “asunto de elemental justicia”.
“Recibí a las autoridades de la comunidad wixárika. Estamos ayudando a resolver sus añejos problemas agrarios. Es un asunto de elemental justicia», escribió en su cuenta de Twitter.
El 25 de abril integrantes de la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán iniciaron el recorrido a pie de más de 900 kilómetros hacia la Ciudad de México donde llegaron el viernes y después de una vigilia ante la basílica de la Virgen de Guadalupe, instalaron el fin de semana su campamento en el zócalo capitalino frente al Palacio Nacional.
Medios de prensa indican que López Obrador se comprometió a garantizar la devolución de 11 mil hectáreas, que según ellos fueron invadidas por ganaderos.
El mandatario recibió al grupo de gobernantes de la etnia encabezados por Santos Hernández Bautista, gobernador tradicional de San Sebastián Teponahuaxtlan, y Oscar Hernández Hernández, presidente del Comisariado de Bienes Comunales.
Junto al mandatario estuvo el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández; la consejera jurídica de la Presidencia de la República, María Estela Ríos González; el procurador agrario, Luis Hernández Palacios Mirón y la directora general de Política Pública de Derechos Humanos, Josefina Bravo Rangel.
Los indígenas recordaron que durante su campaña, López Obrador se comprometió a apoyar a los grupos originarios para que sus costumbres y tradiciones fueran respetadas.
Entre las promesas que les hizo están pagar bien las cosechas a esos pueblos para que la gente trabaje la tierra, plante maíz y frijol y no se vea obligada a sembrar otros cultivos prohibidos.