Por Bruno Cortés
En un giro inesperado durante su conferencia matutina, el presidente de México anunció la suspensión de las ya tradicionales conferencias de prensa conocidas como «mañaneras», coincidiendo con la veda electoral. Esta medida busca respetar el proceso democrático en curso, evitando cualquier influencia indebida a través de estas plataformas altamente mediáticas. El presidente señaló que el cese de las conferencias sería efectivo a partir del 30 de mayo, justo después del último día permitido para la campaña electoral.
En este contexto y como de manera recurrente el presidente López Obrador arrmetió contra los medios de comunicación no alineados a la presidencia, ante esto Jessica Zermeño periodista de UNIVISION denunció que quienes hacen preguntas incómodas en sus conferencias son castigados por el coordninador de comunicación social, Jesús Ramírez.
La relación entre el mandatario y los medios de comunicación ha sido notoriamente tensa. Recientemente, en una de sus intervenciones, el presidente López Obrador arremetió contra los medios no alineados con su administración, reafirmando su crítica hacia los sectores más conservadores de la prensa, a los que se refirió despectivamente como «fifís». Jessica Zermeño, periodista de Univisión, se convirtió en blanco de estas tensiones al ser públicamente reprendida por hacer preguntas incómodas durante las conferencias. El presidente sugirió que los periodistas deberían moderar su «prepotencia», lo que provocó una reacción inmediata y crítica por parte de los profesionales de la comunicación presentes.
En una serie de interacciones que quedaron capturadas en video, se pudo ver al presidente diciendo a Zermeño que «a ustedes no se les puede tocar ni con el pétalo de una rosa», frase que intentó disminuir la percepción de hostilidad hacia la prensa. Sin embargo, este comentario no mitigó las preocupaciones sobre la seguridad y libertad de los periodistas, especialmente después de que el presidente minimizara los riesgos para una periodista del New York Times, cuyos datos personales fueron divulgados, sugiriendo que simplemente podría cambiar su número de teléfono para solucionar el problema.
Por otro lado, el presidente se refirió a su popularidad y al apoyo que sigue recibiendo de la población, mencionando una encuesta que indicaba un 77% de aprobación en varios estados. Afirmó que las campañas de los medios en su contra no han tenido el efecto deseado y continúa recibiendo un fuerte respaldo del público.
En temas de política agropecuaria, el presidente fue firme en su decisión de no permitir el uso del maíz amarillo para consumo humano, en caso de que Estados Unidos gane la demanda interpuesta. Detalló que las disputas de este tipo se resuelven en paneles internacionales donde ambas partes presentan sus argumentos.