CDMX a 3 de diciembre, 2024.- Un martes que parecía tranquilo se convirtió en una jornada de alarma para los vecinos de Pedregal de San Nicolás, en la alcaldía Tlalpan. Una enorme columna de humo se elevó sobre las faldas del Pico del Ajusco, alertando a toda la Ciudad de México.
Eran aproximadamente las 10 de la mañana cuando las llamas comenzaron a devorar una bodega de reciclaje de PET. El incendio, que se registró en la calle Hocaba, Sotuta, en la 4ta Sección de Pedregal de San Nicolás, rápidamente se convirtió en un espectáculo aterrador.
Los bomberos no tardaron en llegar. Las unidades MX-176.D1 y MX-604.D1 fueron las primeras en aparecer en la escena, seguidas por equipos de vulcanos y unidades médicas. El personal de campo se encargó de cerrar las vialidades para facilitar el trabajo de los rescatistas.
Como si se tratara de una película de acción, se activaron protocolos de emergencia que incluyeron la Garza de Picacho Ajusco y Pico de Turquino. Estos nombres, que suenan a personajes de una historia fantástica, son en realidad parte del sistema de respuesta a emergencias de la ciudad.
A pesar de la magnitud del incendio y el tamaño considerable de la bodega, no se reportaron personas lesionadas o atrapadas. Esta es sin duda la mejor noticia en medio de tanto humo y confusión.
Hasta el momento, las autoridades no han revelado las posibles causas del incendio. El origen del fuego sigue siendo un misterio que los investigadores tendrán que resolver en los próximos días.
Este incidente nos recuerda la importancia de mantener medidas de seguridad en lugares donde se almacenan materiales reciclables. El PET, aunque es reciclable, puede ser altamente inflamable en grandes cantidades.
Mientras los bomberos continúan su lucha contra las llamas, los vecinos de la zona permanecen atentos. Este incendio nos recuerda que, en cuestión de segundos, un día normal puede convertirse en una emergencia que pone a prueba la capacidad de respuesta de toda una ciudad.