CDMX 01/04/ 2022.- El economista argentino Alfredo Zaiat dijo a ‘Contante y Sonante’ que el conflicto entre Rusia y Ucrania, sumado a las sanciones de Occidente contra Moscú, ponen al mundo ante el riesgo de vivir una crisis global porque los alimentos están en su nivel más alto en 60 años.
Con la intervención de EEUU y los países socios de la OTAN en el conflicto entre Rusia y Ucrania se interrumpió la recuperación que comenzó a mediados del año 2021 tras la contracción causada por la pandemia por COVID-19.
Como consecuencia, se han generado aumentos en el precio del petróleo y del gas y los alimentos.
En el mercado internacional del trigo, ambas naciones representan el 30% de las exportaciones mundiales.
Contante y Sonante dialogó con el economista argentino Alfredo Zaiat, quien afirmó que los precios de los alimentos «nunca antes llegaron a estos niveles; están más o menos en la misma zona en la que se ubicaron durante el shock petrolero de los años 1972 y 1973».
El entrevistado resaltó que esta situación «va a tener consecuencias profundas a nivel de la economía global, mucho más prolongado que lo que dure el conflicto«.
“El problema entre Rusia y Ucrania es una de las instancias que impulsan los precios, pero ya estaban en una tendencia al alza inquietante. A partir de la pandemia se produjo una suba de los precios de las materias primas y de los alimentos; y el conflicto bélico lo agudizó y a eso se sumó el aumento del precio de las energías», indicó Zaiat.
Consultado sobre la manera en que América Latina enfrenta el problema, Zaiat sostuvo que en líneas generales los gobiernos están cometiendo un error:
«La mayoría de los países, bajo una lógica ortodoxa, apuntan a subir la tasa de interés del Banco Central como forma de atender a la alta inflación. Y ahí provocan un menor nivel de actividad económica, se reduce la demanda y piensan que habrá menos aumento de precios», explicó.
Según el economista, «lo que tenemos enfrente es un shock externo, generado por la pandemia y ahora por un conflicto. Esto lleva a que suban los precios de los alimentos y de la energía, por lo que la suba de la tasa de interés no es recomendable en esta situación».
Zaiat consideró que tal aumento «implica mayores costos financieros que impactan en la inflación porque las empresas, si aumentan sus costos, los trasladan a los precios y se agudizan sus problemas de insolvencia. Y eso lleva a una situación económica más crítica».
En este sentido, para el analista «Latinoamérica, en líneas generales, está transitando un sendero económico inquietante para dar respuesta a un shock que es externo».