CDMX, 3 de marzo del 2022.- El agradable clima que hay la mayoría del año en Orizaba, invita a sus paseantes a querer refrescarse nadando en aguas cristalinas. Para hacer ese deseo realidad, muchos acuden a la laguna Ojo de Agua, que además de brindar bellos paisajes también se ha desarrollado un parque acuático a sus alrededores con albercas, juegos infantiles y zona para acampar.
Para llegar, hay que dirigirse a la Facultad de Ciencias Químicas o pasar por la parte posterior del Panteón Municipal. El balneario se alimenta de tres manantiales que nacen en el Cerro de Escamela a una altura aproximada de 1,630 metros sobre el nivel del mar.
El origen de sus aguas brinda la confianza suficiente a los bañistas de nadar en aguas verdaderamente puras o bien para pasar el día surcando sus aguas en un paseo en lancha.
Como muchos de los destinos de Orizaba, Ojo de Agua mantiene un toque místico por un monumento de sirena que está en medio de la laguna, referente a una leyenda que los lugareños suelen contar.
La historia detrás de la laguna
Se dice que una oscura noche de un 24 de junio, día de San Juan Bautista, un hombre llegó a la laguna atrapado por un hermoso canto. Al acercarse, descubrió que era una sirena de voz singular. Al percatarse de la presencia del hombre, ésta le pidió ayuda para llevarla cargando en su espalda a la iglesia más cercana sin voltear jamás a verla. De cumplir el cometido, la mujer mitad pez le prometió que lo llenaría de tesoros y fortuna.
Él accedió, pero conforme avanzaba con su carga, escuchaba gritos desgarradores que le erizaban la piel, así que desesperado volteó a ver qué ocurría sólo para darse cuenta que ya no llevaba cargando a la hermosa chica, sino un horrible monstruo. A partir de esa noche, nadie más volvió a verlo.
Es por eso que los lugareños insisten en tener cuidado cuando te acercas a Ojo de Agua de noche, y si llegas a escuchar lamentos, camina lo más rápido que puedas a la iglesia más cercana sin mirar atrás.