Por Juan Pablo Ojeda
La activista y diputada suplente del PRI, Diana Sánchez Barrios, fue víctima de un brutal ataque en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde recibió cuatro disparos mientras se encontraba cerca de su negocio. Este incidente no solo ha conmocionado a la comunidad, sino que también pone de manifiesto la alarmante crisis de inseguridad que enfrenta el país. Según su hermana, Silvia Hernández, Diana se encuentra estable pero en terapia intensiva, intubada y sedada tras las lesiones sufridas.
El ataque ocurrió cuando un hombre encapuchado se acercó y disparó a quemarropa. A pesar de que la activista fue rápidamente atendida y trasladada a un hospital, las heridas son graves; una de las balas se alojó en su tórax. Este tipo de violencia no es un hecho aislado en México; al contrario, refleja una tendencia preocupante donde la vida de figuras públicas y activistas está constantemente en riesgo.
La situación es aún más trágica porque, lamentablemente, una de las personas que acompañaban a Sánchez Barrios perdió la vida en el ataque. La Secretaría de Seguridad Ciudadana ha establecido un cerco alrededor del hospital donde se encuentra internada, mientras la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México ha comenzado a investigar el caso. Las cámaras de videovigilancia en la zona podrían ser clave para identificar al agresor y al cómplice que lo ayudó a escapar en una motocicleta.
El Congreso de la Ciudad de México no ha tardado en reaccionar ante este atentado. La presidencia de la Mesa Directiva condenó el ataque y exigió a las autoridades correspondientes que realicen las investigaciones necesarias para esclarecer los hechos. También se ha brindado apoyo a la familia de Sánchez Barrios en estos momentos difíciles.
Este incidente pone sobre la mesa un tema que muchos prefieren ignorar: la creciente violencia en el país. La inseguridad no solo afecta a los ciudadanos comunes, sino también a aquellos que luchan por los derechos humanos y por mejorar las condiciones de vida en sus comunidades. La pregunta que queda es: ¿qué medidas se están tomando realmente para proteger a quienes están en la línea del frente?
Diana Sánchez Barrios es conocida por su trabajo como líder de comerciantes y por su activismo en favor de los derechos humanos. Su ataque resuena con fuerza en un país donde la violencia contra activistas y líderes comunitarios ha ido en aumento. Es fundamental que tanto el gobierno como la sociedad civil tomen conciencia del problema y actúen para garantizar un entorno seguro para todos.