Por Bruno Cortés
En un contexto internacional cada vez más complicado, y con la amenaza constante de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca con todo y su discurso incendiario, el Congreso mexicano ya empieza a afilar sus ideas. Y uno que no se guardó nada fue Ricardo Monreal Ávila, coordinador de Morena en San Lázaro y presidente de la Junta de Coordinación Política. Desde sus redes sociales, el legislador dejó claro que México no puede responder con gritos ni con reacciones viscerales, sino con estrategia e inteligencia.
Todo esto a raíz de una nueva provocación del expresidente estadounidense: la intención de imponer aranceles al jitomate mexicano, una movida que claramente pone en jaque a productores nacionales y golpea directamente al comercio bilateral. Para Monreal, esta postura no puede enfrentarse con discursos altisonantes, sino con unidad nacional, diplomacia firme y una visión clara desde el Estado mexicano.
El mensaje fue también un respaldo directo a la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien Monreal reconoció por su “mesura y firmeza diplomática”, destacando que su política exterior ha sido clave para mantener a México a flote en medio de las turbulencias que viene generando Trump en la escena internacional. En otras palabras: México se está enfrentando a un vendaval, pero lo está haciendo sin perder el rumbo.
Y es que la jugada de Trump no es aislada. El jitomate es solo el principio. Monreal explicó que los cambios que está promoviendo Trump buscan reconfigurar el orden político y económico internacional, empujando a Estados Unidos hacia posturas más cerradas y agresivas. Pero el contexto ya no es el mismo de 2016. Ahora hay factores que juegan a favor de México.
Por ejemplo, mencionó que la economía china ha empezado a tomar distancia del dólar, vendiendo bonos del Tesoro estadounidense, lo que genera desconfianza global hacia la moneda norteamericana. Esto ha puesto a Trump contra las cuerdas, incluso obligándolo a reconsiderar algunas medidas. México, en este ajedrez, no está en desventaja total.
Monreal también explicó que los frenos institucionales en Estados Unidos funcionan. Desde jueces que bloquean decisiones migratorias y económicas radicales de Trump, hasta el propio Congreso, que aunque dominado por republicanos, ha mostrado divisiones internas. Un ejemplo: la resolución reciente del Senado para revocar aranceles a Canadá fue respaldada hasta por senadores del propio partido de Trump.
Además, aclaró un punto legal interesante: según la Constitución de EE.UU., es el Congreso quien tiene la facultad de regular el comercio exterior, no el presidente. Así que cada vez que Trump impone aranceles “por sus pistolas”, en realidad está saltándose un contrapeso fundamental de su propio sistema.
En resumen, Monreal está mandando un mensaje que mezcla cabeza fría, visión de Estado y respaldo institucional. No se trata de ignorar los ataques ni de doblegarse, pero sí de entender que en este juego geopolítico de alto nivel, la soberanía se defiende con estrategia, no con bravuconadas.