Por Juan Pablo Ojeda
La Secretaría de Educación Pública (SEP) de México comenzó este mes la aplicación de la Prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes), uno de los exámenes más importantes a nivel mundial en términos educativos. Esta prueba, que se lleva a cabo cada tres años, evalúa las habilidades y conocimientos de los estudiantes en lectura, matemáticas y ciencias, y en esta edición, además, se incluirán habilidades digitales, adaptándose a las nuevas demandas del entorno educativo actual.
Un total de 8 mil estudiantes, provenientes de 321 escuelas públicas y privadas, participarán en la prueba que se llevará a cabo entre abril y mayo de 2025. El Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval) es el encargado de aplicar este examen estandarizado en todo el país.
En conferencia de prensa, el titular de la SEP, Mario Delgado, destacó las limitaciones inherentes a este tipo de evaluaciones, subrayando que, al tratarse de un examen estandarizado, la prueba no puede reflejar de manera completamente precisa el desempeño educativo de los estudiantes en diferentes contextos. “Los resultados son muy relativos dadas las enormes diferencias que existen en los distintos entornos escolares”, expresó Delgado. Esto refleja las disparidades significativas que existen en los sistemas educativos de distintas regiones, y la dificultad de medir de manera justa los logros de todos los estudiantes bajo un solo estándar.
Sin embargo, Mario Delgado también aprovechó la oportunidad para resaltar los esfuerzos de la Nueva Escuela Mexicana, un enfoque que promueve una visión integral de la educación, priorizando evaluaciones diagnósticas que permitan identificar áreas de mejora y proporcionar insumos útiles para orientar la política educativa, sin que estas evaluaciones se conviertan en un fin en sí mismas. Además, se subrayó la importancia de autonomía profesional docente, permitiendo que los maestros tengan un papel activo en la interpretación y acción sobre los resultados de las evaluaciones.
Es importante destacar que la Prueba PISA se lleva aplicando en México desde el año 2000 y tiene una frecuencia trienal, aunque a partir de 2025 la periodicidad de su aplicación pasará a ser cuatrienal. Esta evaluación es realizada en 91 países, incluidos 13 de América Latina, convirtiéndose en una referencia clave para medir la calidad educativa a nivel mundial y permitir a los gobiernos y autoridades educativas realizar comparaciones y ajustes en sus políticas.
Con la inclusión de habilidades digitales, la Prueba PISA de este año se adapta a los desafíos que impone la transformación digital en las aulas, un área que ha cobrado mayor relevancia en tiempos de pandemia y en la actualidad, donde la competencia digital es fundamental para el futuro académico y laboral de los estudiantes.
A pesar de las críticas y las limitaciones señaladas, este tipo de evaluaciones sigue siendo una herramienta crucial para obtener una visión amplia del sistema educativo de México en el contexto global y contribuir a la mejora continua del mismo.